miércoles, 23 de noviembre de 2011

INCONCEBIBLE

No se puede concebir desde un punto de vista lógico o racional, que una madre ultraje, torture y asesine a su hija de 09 años de edad, de la manera más cruel. Eso es muy difícil o casi imposible que suceda. Sin embargo, sucedió. Las primeras evaluaciones psicológicas a “la presunta madre asesina” indican que tiene una personalidad psicopática, es decir, no diferencia el bien del mal, es calculadora, se victimiza, no controla sus impulsos, incuba el odio y hace peligrar la integridad física y psicológica de los demás.
¿Por qué esta madre es así y actuó de esa manera con su hija?
Los humanos tenemos una conciencia innata, que significa que todos nacemos para el bien, porque existen principios profundos y universales en nuestra naturaleza; como la igualdad, la verdad, la libertad, la justicia, el respeto, la solidaridad, etc. sin embargo hay tanta gente que actúa mal. Eso se debe a que los “bebes” observan a sus padres y de ellos “aprenden” conductas que afirman o contradicen los principios naturales. Conforme se transforman en niños y jóvenes reciben además la influencia de otros familiares, vecinos, con poblanos, de la TV, del Internet, etc. Por esa razón, cuando crecen y maduran, pueden comportarse adecuadamente o inadecuadamente, de acuerdo a lo asimilado en su infancia y niñez. A eso se llama conductas aprendidas y se trasmiten de generación a generación ¿Se puede evitar o al menos controlar estas conductas? Claro que sí. Lo que se necesita, es recibir información y hacer la suya.
Es casi seguro, que “esta presunta madre asesina” tuvo una infancia violenta, llena de agresiones, vejámenes y el “delito que cometió” obedece entre otros, a los tratos que ella recibió en su infancia, niñez o juventud de sus padres y ellos a su vez fueron también víctimas.
Pienso que no existen mejores o peores personas, eso depende del trato recibido en la primera infancia. Actúan mejor cuando reciben más amor. La violencia psicológica o física, o los maltratos destruyen y fabrican seres deformados y de personalidad psicopática. Solo la ternura, el afecto y la tolerancia crean personas fuertes, sanas y equilibradas.
Esta “madre filicida” es el espejo de los padres que torturan a sus hijos asesinando prematuramente sus almas y esperanzas. Más que alimento para el cuerpo, los hijos necesitan el alimento para el alma, como el amor, la comprensión, la ternura, la tolerancia, etc. Si usted amigo lector no está en condiciones de dar esa alimentación para el alma, no traiga hijos al mundo y así evitará que se produzcan hechos inconcebibles como el que nos ocupa.
La opinión pública clama justicia para esa niña inocente de 09 años con toda razón. Pero la “cadena perpetua” o los 35 años de prisión que le apliquen a la “madre asesina” ¿resolverán el problema? Es sabido que la justicia es revanchismo. No es solo eso lo que se requiere. Es mucho más. Se trata de que usted no haga daño a sus hijos o ha cualquier menor, por más que usted hubiera sido víctima en su infancia o niñez. Hay que abrir bien los ojos y el corazón para comprender que los hijos son la trascendencia de su vida y el de sus antecesores. Basta de violencia en el hogar, en la escuela, en la sociedad. La televisión, los periódicos, las emisoras radiales, las revistas, el Internet, deben evitar seguir promoviendo violencia y deshumanización de la persona. 
Que Dios perdone a Isabel Mirella  y ha PIERINA la convierta en el ángel de la guarda de la niñez del Perú y el mundo.

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