CARENCIA MORAL Y ECONÓMICA EN EL PERÚ

Son excesivas las carencias morales y económicas en el país. Destacan la corrupción, la falta de honestidad y la extrema pobreza. El problema es que cuando no se sabe decidir racionalmente, elegimos a malos políticos cada vez que se produce un cambio de gobierno. Por eso, la corrupción, la falta de honestidad y la extrema pobreza crecen alarmantemente. Cada cinco años elegimos al nuevo gobierno y congresistas, para eso, debemos saber decidir y no equivocarnos una y otra vez. Es indispensable pensar bien antes de elegir. Uno de nuestros principales problemas como peruanos es la falta de memoria, olvidamos fácilmente lo que criticamos. Por eso, los que vamos a las urnas debemos hacer una radiografía de cada uno de los señores del gobierno, de los congresistas, como de los otros líderes políticos. Luego de esa radiografía, debemos pedirle mucha ayuda a Dios, para no dejarnos comprar ni con un gorrito, ni con un polo, ni con una bolsa de arroz, ni con las nalgas. Solamente así podremos desalojar de la política a personajes que no son aptos para representarnos. Si nos seguimos equivocando ¿Qué pasará con las generaciones que vienen atrás nuestro? Debemos dirigir todo nuestro esfuerzo a las nuevas generaciones para que no sean corruptos. Tratar de darles una educación integral, que llene su mente pero también su espíritu y su moral. En una mesa de votación, decidimos el futuro destino de nuestros hijos y nietos. De ahí la importancia de elegir mas que por simpatía personal, por el programa de trabajo o el plan de gobierno. ¿Quiénes son responsables de lo que pasa en la administración del país? Sin lugar a dudas los que lo eligieron, por no saber pensar bien antes de elegir. Mientras tanto exigimos: 1. Que detenga la corrupción, la falta de honestidad y la extrema pobreza, que cada día corroe más y más a la sociedad peruana. 2. Que Dios nos ayude, que ilumine nuestra inteligencia para que en cada proceso eleccionario, hagamos una buena elección, desalojando de la política a personajes que no son aptos para representarnos. 3. Que los que están arriba, que tienen tantos asesores no sigan equivocándose, metiendo la pata y derrochando alegremente el dinero del pueblo.