Ahora 2,010 años después del nacimiento de Jesús: No es curioso lo fácil que es despreciar a Dios y luego preguntarse ¿por qué el mundo se está yendo al infierno? ¿No es curioso cómo alguien puede decir 'Creo en Dios' y seguir a Satanás? ¿Por qué es tan difícil decir la verdad y tan fácil mentir? ¿Por qué es tan difícil ser honrado y tan fácil ser corrupto? ¿Por qué es tan difícil hacer el bien y tan fácil hacer el mal o causar daño al semejante? ¿Por qué seremos así?
¿Que vas a hacer con ellos? Preguntó Jesús.
Ah, me voy a divertir con ellos respondió Satanás. Les enseñaré como casarse y divorciarse, cómo engañar, odiar y abusar uno del otro, a beber y fumar y por supuesto, les enseñaré a inventar armas y bombas para que se destruyan entre sí. ¡Realmente me voy a divertir!
¿Y qué harás cuando te canses de ellos? Le preguntó Jesús.
Ah, los mataré, dijo Satanás con la mirada llena de odio y orgullo.
¿Cuánto quieres por ellos? Preguntó Jesús.
Ah, tu no quieres a esa gente. Ellos no son buenos. ¿Por qué los querrías tomar? Tú la tomas y ellos te odian. Escupirán a tu rostro, te maldecirán y te matarán. ¡Tú no quieres a esa gente!
¿Cuánto? Preguntó nuevamente Jesús.
¿Cuánto? Preguntó nuevamente Jesús.
Satanás miró a Jesús y sarcásticamente respondió: Toda tú sangre, tus lágrimas, y tu vida…
Jesús dijo: ¡HECHO!
Y así fue como pagó el precio de recuperar a la humanidad de manos de Satanás, con su sangre, sus lágrimas y su vida. Y ese es el sentido más objetivo de la Navidad, el nacimiento del hijo de Dios, hecho hombre para salvar a la humanidad y habitar entre nosotros hasta rescatarnos de la barbarie. Etimológicamente Navidad viene de natalis (día natal), nacimiento del hijo de Dios.
Así como el sol despeja las tinieblas durante el alba, la presencia de Cristo irrumpe en las tinieblas del pecado, el mundo, el demonio y de la carne para mostrarnos el camino a seguir. Con su luz nos muestra la verdad de nuestra existencia. Cristo mismo es la vida que renueva la naturaleza caída del hombre y de la naturaleza. La Navidad celebra esa presencia renovadora de Cristo que viene a salvar al mundo; por que navidad, es la dulzura del pasado, el valor del presente y la esperanza del futuro. Es el deseo más genuino de que cada taza se rebase con bendiciones ricas y eternas, y de que cada camino nos lleve a la paz, a disfrutar de la vida con las pequeñas cosas que ésta nos ofrece, a dar lo mejor de ti. Aprendamos a dar la mano al desamparado, a ofrecer el hombro al acongojado.
Finalmente rogamos a Nuestro Señor que nazca en vuestro corazón y en vuestro hogar y nos ayude a preparar el camino para su venida gloriosa al final del tiempo.
FELIZ NAVIDAD Y ¡QUE EL SEÑOR LES BENDIGA GRANDEMENTE!
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