lunes, 20 de diciembre de 2010

AYACUCHO: ENTRONIZA A SU PATRON EN LIMA

La Hermandad de Culto a JESUS NAZARENO de Ayacuchanos residentes en Lima, en un esfuerzo digno de destacar, Entronizo a su Patrón JESUS NAZARENO en un Altar especialmente construido con ese fin, al lado derecho de la puerta de ingreso al Santuario de la Virgen del Milagro, integrante del Convento de San Francisco de Lima, ubicado en el Centro Histórico de la ciudad, a dos cuadras de la Plaza Mayor de la Capital, a una del Palacio de gobierno y frente a la sede del Tribunal Constitucional; en una singular ceremonia religiosa cargada de fe y devoción, oficiada en quechua y castellano por el RP. Cirilo García Cuya.
Según Juan de Mata Peralta Ramírez, el 15 de junio de 1591, el Párroco de Julcamarca José Cárdenas Romaní meditaba después de leer atenta y devotamente, la parte en que el Divino Rabí de Galilea, conducía su cruz pesada, por la calle de la Amargura, de la ciudad de Jerusalén, sudoroso y fatigado, por el cansancio caía y se apoyaba, con su venerable mano en una piedra, que se hallaba en la puerta de un judío, quien; le increpó satánicamente a aquel Dios humanado, y Jesús le tiene una mirada dulce de perdón y amor a esa criatura rebelde, a su Dios y Señor.
Este pasaje de la dolorosa pasión, quiso el párroco, hacerlo esculpir en yeso, con los pormenores vistos en su imaginación. Esa misma tarde de su meditación, se presentan 2 jóvenes gallardos ha preguntarle por el camino que conduce a Acobamba, pero como era tarde el Párroco les pide quedarse y le ofrece alojamiento. En la noche, a la hora de la cena, el sacerdote les expone a los jóvenes su anhelado proyecto, de hacer esculpir en estuco y madera aquel pasaje, de una de las caídas de Jesús Nazareno en la calle de Amargura. Cual fue la sorpresa del curita, cuando los jóvenes le manifestaron que ellos eran escultores, y podrían realizar su proyecto, para lo que se quedarían un día en Julcamarca, pero que ellos exigían trabajar en un lugar apartado al pueblo, para que nadie les molestara.
Para el efecto, llevó a los jóvenes escultores, a una pequeña capilla, que se hallaba a un kilómetro fuera de Julcamarca. Hizo llevar todo lo necesario: estuco, madera, una mesa, y cuatro cirios; que fue todo lo que exigieron los escultores. Pasó el tiempo señalado por los jóvenes, y no se mostraron a dar cuenta de su trabajo. Entonces, al atardecer del día siguiente se presenta el Párroco a la capilla indicada y la encuentra cerrada, y pensando que fuera un embuste de los jóvenes, tuvo que forzar la puerta, y cual fue su sorpresa, que encontró la imagen, de sus sueños, hermoso e imponente sobre la mesa, alumbrado por los cuatro cirios tal como lo conocemos y vemos en la iglesia de Santa Clara de Huamanga, con aquella expresión de dolor y misericordia de todo Dios-Hombre.
Más tarde en 1602, cuando el Rvdo. Cárdenas, fue ascendido a una Canonjía de Huamanga, era trasladada aquella venerada imagen de Jesús Nazareno, solemnemente y depositada en el altar preferencial de Santa Clara, donde hasta hoy, es venerada y sale todos los años. Fue pues obra de ángeles esta imagen. De estos dos jóvenes, nada se supo en Julcamarca, cuya desaparición fue misteriosa.
Tan milagrosa es esta imagen de Jesús Nazareno, que cada año, que se presenta una sequía, con la ausencia de las lluvias, es sacada en procesión de rogativas y es un hecho conocido por todos los huamanguinos, que desde aquella misma tarde de la procesión, comienzan las lluvias suficientes para refocilar a todas las sementeras de esta región.
Felicitaciones a la Hermandad de Culto a JESUS NAZARENO de Ayacuchanos residentes en Lima, por esta magnífica iniciativa de Fe que sienta ejemplo para que otros emigrantes puedan tener en Lima a sus Patrones o Patronas.

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