miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿EL DINERO NOS HACE FELICES?

¿Qué dice usted amigo lector? ¿El dinero nos hará felices? Veamos que es el dinero. El dinero es la envoltura de muchas cosas, pero nunca lo esencial. El dinero proporciona comida pero no-apetito, medicinas pero no-salud, relaciones pero no amigos; servidores, pero no-lealtad; días de júbilo, pero no-paz ni felicidad. El dinero puede comprarnos un lecho de oro, pero no el profundo sueño del que disfrutamos; libros pero no conocimientos ni sabiduría; adornos y vestidos elegantes, pero no-dignidad y simpatía; una casa suntuosa, pero no la felicidad de un hogar; un caro funeral, pero no la solemnidad y la paz ante la muerte; un crucifijo, pero no un salvador.
Nacemos para encontrarnos, la vida es el arte del encuentro, porque la humanidad es una sola familia que habita un país llamado tierra. Somos hijos del amor, por lo tanto, nacemos para la felicidad. Debemos ser felices por nuestros hijos y ellos por nosotros, porque no hay nada mejor que recordar a padres e hijos felices.
Nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. En la tranquilidad hay salud. Perdónate y perdona, respétate y respeta. No hay liberación más grande que el perdón. No hay nada mejor que vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza y el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento, el agravio y la crítica punzante, que te hará juez y cómplice de lo que te disgusta. Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida.
El bien y el mal viven dentro de nosotros. Alimentemos más al bien para que sea el vencedor, cada vez que tengamos que enfrentarnos. Los problemas son lecciones, por eso, nada que nos suceda es en vano. No te quejes, recuerda que nacimos desnudos, y el vestido que llevamos, ya son ganancias. Libérate de la obsesión y de la ansiedad del poder del dinero o de la riqueza material.
Sea cual fuera la actitud de nuestros semejantes, en el fondo lo que está deseando con mas fuerza, es un poco más de comprensión y aceptación. No más agresiones. Reconstruyamos nuestra razón de ser, en la capacidad de comprender, perdonar y aceptar para ser felices, sin esclavizarnos al poder y la tentación del dinero.

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