jueves, 11 de marzo de 2010

Para transmitir las ganas de leer (antiguo consejo para profesores)

Desde hace años, mientras más me involucraba con el trabajo de la edición, más me convencía de la necesidad de generar lectores, o de estimular a los lectores de labios, de nubes, de jugadas de fútbol, a leer también libros. Así, fui parte, junto a Kristel Best Urday y Mili Saldarriaga, de una estimulante propuesta de acercamiento a la lectura y a la interpretación de textos que tenía, como fin último, que a los escolares (lectores obligados y sufrientes) les interesase leer. Ahora encuentro entre los papeles que preparamos en esa época (hace cinco años, más o menos), uno dirigido a profesores de escuela, acerca de cómo hacer que los estudiantes tengan ganas de leer. Además de divertido, aún me ha parecido útil así que lo comparto: Lo que sigue son algunos de nuestros principios y pautas fundamentales de trabajo. 1. El profesor lector El primer principio básico para motivar a los otros a la lectura, es que uno mismo esté motivado hacia ella. Si al profesor no le apasiona leer, difícilmente conseguirá apasionar a sus estudiantes. Leer es contagioso. 2.Importancia de la lectura ¿Para qué es importante leer? Esta es una pregunta mucho más importante que su respuesta. Cada uno de nosotros debe tener una, varias o muchas respuestas propias. El problema está en no tener ninguna. Otro de los principios básicos para formar o motivar lectores es que uno considere importante leer, y que lo considere importante para determinadas cosas, hacia las cuales guiará a los lectores a quienes forma. 3. Selección de textos Dos errores fundamentales que se cometen en la formación de lectores son: asociar directamente la lectura con la literatura y la lectura con los libros. Es posible (y necesario) leer sin libros y sin leer literatura. 4. Fases de la lectura La lectura puede dividirse en tres fases altamente interrelacionadas: la prelectura, la lectura propiamente dicha y la poslectura. La prelectura es fundamental cuando se busca interesar a un estudiante en la lectura. El profesor debe seducir al estudiante hacia la lectura. La lectura propiamente dicha debe estar asociada siempre a la comodidad del lector y al respeto por su individualidad. Leer -incluso en voz alta- es siempre un acto personal, íntimo. La poslectura, cuando se trata de estimular el interés por la lectura y no de evaluar la comprensión lectora, debe ser una fase muy libre y flexible. El profesor debe buscar que sus estudiantes no s sientan interrogados o cuestionados. La evaluación -cuando se trata de fomentar el interés- puede ser una de las peores armas. 5. La seducción Entre las reglas de la seducción están: tener seguridad y confianza en lo que uno dice o sostiene, ofrecer al otro algo que no quiera rechazar (nunca algo que no pueda rechazar), ocultar y desvelar inteligentemente, ser impredecible: sorprender constantemente. El profesor seductor, además de cumplir con los requisitos anteriores, debe cumplir con uno mayor: la autoexigencia, el sapere aude (atrévete a pensar) de los ilustrados. 6. El hábito Dependiendo de la posición en la que uno se encuentre (padre o madre, hermano, profesor, bibliotecario, etc.), puede cumplir un rol distinto en la generación de interés por la lectura en los estudiantes. Sin embargo, es importante contribuir al establecimiento del hábito. Para ello es fundamental crear un contexto de lectura: tener una o varias bibliotecas en casa, en la escuela, etc., que estén al alcance de cualquiera, vincular a los niños con la escritura y la lectura de todo tipo de materiales (tarjetas, empaques de comida, etc.), crear rutinas de lectura para los bebés, rodear a los estudiantes de lectores. Los seis puntos anteriores son algunos de los principios y las pautas básicas de la lectura. A partir de ellos es que construimos nuestra propuesta metodológica [...]. Pero como dijimos al principio, nuestro proyecto es constantemente reelaborado, como son constantemente reelaboradas nuestras interpretaciones sobre lo que leemos y, a fin de cuentas, sobre el mundo. Lo invariable son las ganas de leer y la esperanza en que, realmente, leer sea contagioso. Publicado por vargasluna en 12:47 - 10-02-2010 Etiquetas: formación, lectores, lectura, seducción

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