sábado, 5 de febrero de 2011

RESPETO A LA VOLUNTAD CIUDADANA

En el Perú ¿Se respeta la voluntad ciudadana? ¿Qué opina usted?
El ideal de Abraham Lincoln -una democracia “del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”- se degradó progresivamente por que estamos acostumbrados a elegir cada cierto tiempo “el mal menor” de un conjunto de grupos de elites de poder.
En Perú la democracia se ha convertido, en el gobierno de los políticos, por los políticos y para los políticos, cuyo único propósito es perpetuarse en el poder y hacer de la política un negocio. Los intereses de la clase política no son congruentes con los de la ciudadanía, los políticos la desengañen, burlando la voluntad popular a menudo. Ningún sistema que, en la práctica, desconozca que la soberanía descansa en el pueblo y no en las oligarquías burocráticas o partidarias, merece denominarse democrático. Por consiguiente el respeto a la voluntad ciudadana es sólo un formalismo hueco, vacío de real contenido. En el fondo, el sistema democrático está diseñado para controlar y dominar la economía del país en beneficio propio, el de sus allegados o auspiciadores y no para servir a la ciudadanía.
Un defecto del sistema democrático peruano es la ausencia de límites para el gasto congresal y la excesiva discrecionalidad del parlamentario, situación que facilita la depredación de los recursos públicos en beneficio propio. Del mismo modo, la casi totalidad de congresistas acceda al cargo con un mínimo porcentaje de votos, sin que haya logrado la mitad más uno de los votos válidos del electorado, dejando de aplicar la misma regla para elegir al presidente de la república, es decir, en la segunda vuelta participarían los dos candidatos más votados.
Para rescatar la soberanía popular y lograr el control ciudadano sobre los representantes no es suficiente elegir a mejores personas. Se requieren cambios radicales en las condiciones que rigen el sistema parlamentario.
1. Instaurar la segunda vuelta en la elección congresal
2. Reducir el mandato parlamentario o renovación por mitades
3. Limitar la reelección ilimitada a dos o tres periodos como máximo
4. Reducir las circunscripciones electorales evitando la conformación de listas amplias que sirven para la infiltración de sujetos indeseables, carentes de verdadero respaldo electoral, como sucede con el actual sistema.
Por ejemplo distritos como San Juan de Lurigancho, La Victoria, Comas deben elegir a sus representantes con nombre propio, al igual que las provincias de un departamento, para tener verdaderos intermediarios entre la sociedad y el Estado, no entre las argollas partidarias y el estado. Eso permitiría fiscalizar cercanamente a los elegidos para desembarazarse de ellos, al momento de renovar el parlamento. Además, los partidos y las alianzas se verían precisadas a convocar candidatos independientes allí donde carecieran de figuras probas.
Otro factor negativo para la voluntad ciudadana es la eliminación de la obligatoriedad del voto o en todo caso la eliminación de multas para quien desea abstenerse de votar ya que el derecho a votar no puede al mismo tiempo ser una obligación y pasible de sanción. El derecho se ejercita libre y espontáneamente y nunca jamás se sanciona.
En la presente campaña electoral vemos impávidos el canibalismo entre candidatos a través del poder mediático derrochando millones de soles para sorprender, engañar y burlarse de la voluntad ciudadana. Tanta es la propaganda que hacen algunos candidatos que ofrecen lo que ellos y el electorado sabe que es imposible de cumplir, solo por convencer a los incautos o indecisos acostumbrados a ceder su voto por “promesas” sin darse cuenta que son falsas, ridículas y tomaduras de pelo para la soberanía del pueblo peruano.

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