miércoles, 24 de noviembre de 2010

ME DIVORCIÉ

Si, desde hace mucho tiempo me divorcié de la amargura, de la tristeza, la envidia y del egoísmo, de los rencores, de las malas caras, de pensar mal de los otros, de las clasificaciones burdas y baratas de los seres humanos,
Me he divorciado de la soledad, de la ignorancia espiritual, de la hipocresía, de la falta de sensibilidad; me he divorciado de la mediocridad, de la arrogancia y petulancia, de los atropellos, de pensar que soy mejor que los demás; me he divorciado de todo lo negativo que pueda privarme de ser una persona feliz y honesta conmigo misma.
Así que estoy soltero de esos malos sentimientos, casado con la felicidad a la cuál prometo serle fiel por el resto de mis días.
Es rico ser feliz y vivir esperando el nuevo día con expectativas, de crear sueños para luego despertar y comenzar a realizarlos, encontrar muchos amigos que están por estos rincones, esperando que lleguemos y digamos algo bueno, soy feliz de poder hacer la diferencia aún en la distancia.
Saber que con mis palabras pude hacer sentir bien a alguien, que puedo extender mi mano y ayudar sin hacer tanta pompa, simplemente soy feliz de estar vivo, y poder escribir esta nota.
Y saber que a través de la red podré viajar sin necesidad de un boleto de avión, de barco o tren, soy más rápido en entregar mi afecto y no cobro exceso de equipaje, soy tan feliz de abrir mi correo y leer las historias de mis amigos.
Soy feliz de poder encontrar este hermoso sentimiento en cosas tan triviales o banales para algunos y tan especiales para mí.
No, ¡no soy extraterrestre! Solamente soy un ser humano como todos. Así me siento yo.

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