sábado, 31 de octubre de 2009

PENOSA REALIDAD PARA EGRESADOS DE SECUNDARIA

Que frustrante debe ser para los jóvenes que concluyen su educación secundaria luego de 17, 18 o más años de esfuerzo indescriptible, enfrentarse a una triste, compleja y confusa realidad de estar casi igual que antes de haber empezado a estudiar. Esto es, sin saber hacer algo productivo como para auto sostenerse y ejercer la ciudadanía que es responder por sí, para si y ante si; y lo que es peor, ni siquiera aprobar un examen de admisión a la universidad o a cualquier centro superior sin antes pasar por una academia -sinónimo de dinero más dinero- y continuar sus estudios. ¿Hasta cuando seguirá esta desafortunada realidad? No se sabe. La Ley general de educación Nº 28044 en vez de mejorar, la agrava. El gobierno aprista evade afrontar el problema y de “taquito” inició pasándoselo a las municipalidades. Es decir, no hay intención política para sacar de esta desgracia a la juventud, con una educación que debe darse en el trabajo y para el trabajo. Tampoco los que continúan estudios superiores, se salvan de la desgracia. Siguen profesiones tan obsoletas y carentes de demanda en el mercado. Sacan el título a nombre de la nación para adornar su sala y terminar trabajando como taxista, ambulante o fuera del país. Invito a los responsables a desmentir lo señalado. En la misma forma pregunto ¿Por qué se llenan la boca hablando de calidad educativa, gastando tanto dinero producto de los impuestos del pueblo? ¿Hasta cuando seguirá cercenada la educación peruana? La ley 28044 habla de educación básica regular, básica alternativa, especial, primaria, secundaria, técnico productiva, comunitaria, es decir de una estructura caprichosa y compleja para que solo los tuertos hagan su agosto. Lo que necesitamos es una educación pragmática, de estructura sencilla y fácil identificación para padres y alumnos por ejemplo de una educación básica, educación intermedia y superior con matrícula única. La primera destinada a capacitar al estudiante en aspectos básicos de la cultura general auscultando su vocación, la segunda para diplomarlo en especialidades de mando medio o tecnológico a efecto de que accedan a trabajar y la tercera para profesionalizarlo. Pero la respuesta a esta sencilla y modesta propuesta será, “no se oye pueblo”, por que colisiona con intereses de poderosos empresarios acostumbrados a multiplicar sus dineros con la educación y la mano de obra paupérrima. El ejemplo elocuente está en la indiscriminada proliferación de institutos tecnológicos, pedagógicos y universidades privadas al puro estilo de una parición conejal, ¿para qué?... ¿Si postularan a un trabajo los egresados de secundaria, le recibirían? ¿Saben hacer algo? Nada, ni leer adecuadamente. Entonces ¿para que perdieron tantos años? La respuesta del ministerio de educación a este álgido problema es capacitar de los 380 mil maestros a nivel nacional a 43,387 ¿Eso ni siquiera mermará el problema? De otro lado los nuevos profesores siguen siendo formados en iguales o peores condiciones de los que están en servicio por falta de andragogos o especialistas en trabajo de adultos. El momento es propicio para declarar un periodo sabático por 3 0 4 años en la formación de la carrera docente, hasta contar con andragogos y reformar el currículo de la profesión. Eso requiere de intención política posponiendo las ambiciones de los empresarios educativos. De lo contrario delincuencia, prostitución y pandillaje, seguirá aumentando y convirtiéndose en caldo de cultivo para la subversión terrorista. Ser demócrata es: Respetar la dignidad de las personas, defender la igualdad para todos, hacer valer la ley, valorar el bien común, enfrentar la pobreza y la desigualdad con hechos y no palabras. Basta de tirar al desagüe los mejores años de la vida humana burlándose de las justas aspiraciones de la juventud estudiosa del país.

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