domingo, 18 de octubre de 2009

¿CÓMO ACTUAR FRENTE A NUESTROS ERRORES?

Los seres humanos somos imperfectos pero perfectibles, por eso decimos que errar es humano y reconocerlo es Divino. Pero, ¿cómo debemos actuar cuando cometemos errores? Cada vez que cometamos un error o nos sentimos abatidos, no debemos quedarnos demasiado tiempo pensando en ello. Los errores son formas en que la vida nos enseña. La capacidad de cometer errores ocasionalmente es inseparable de la capacidad de lograr nuestras propias metas. Lo que sí debemos hacer es tratar de cometer el menor número posible de errores, sin rendirnos jamás ante cualquier inconveniente que se nos presente. Hay una frase muy antigua que dice: “Si se quiere tener éxito, hay que aprender a vivir con el fracaso”. Y es cierto. Muchas veces el fracaso nos enseña más que el éxito. Si alguien pudiera mostrarnos una persona que nunca cometió un error, que nunca ha tenido una dificultad en sus estudios o en su trabajo, que nunca ha tenido un tropiezo en su camino, tendríamos que decir que se trata de una persona de futuro sombrío, inseguro y hasta peligroso. Los errores, los desaciertos, las derrotas y las dificultades son inevitables en la vida. Pero ello no debe volvernos miedosos para reiniciar la tarea que nos propusimos inicialmente, tomando precauciones y las variantes necesarias para no llegar al mismo término. Sobre esto normalmente se dice: “Hay que aprender de nuestros errores para superarnos”. Nunca podemos quedarnos con ellos pensando por mucho tiempo, porque eso sí, puede llevarnos a un verdadero fracaso y nos costaría mucho para recuperarnos o tal vez, en algunos casos puede ser irreversible. Cada día levántese con pensamientos agradables, sin afligirse por alguna imperfección que impediría su progreso. Recordemos que como hijos de Dios, tenemos el poder de alcanzar cualquier sueño si elevamos nuestros pensamientos. No tenemos porque considerar que si el día anterior tuvimos un error o una derrota, hoy o los días posteriores los tenemos que seguir teniendo. Al contrario eleve su pensamiento y con optimismo inicie el nuevo día sonriente y sonriendo seguros de si mismos, listos para afrontar con valentía y de la mejor manera todo lo que se presente, dando gracias a Dios que nos mantiene con vida y que nos da la fe y las fuerzas suficientes para superar cualquier dificultad. (Del libro EL TUNEL DE LA VIDA)

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