viernes, 2 de octubre de 2009

¿HAY CRISIS DE VALORES EN LA FAMILIA?

Claro que sí, en la familia hay crisis de valores. El instituto para la ética global sostiene que las naciones del mundo no sobrevivirán en el siglo 21 con la ética del siglo 20. Una encuesta internacional de valores afirma que la sociedad ha mostrado un descenso en valores tradicionales, como: compasión, honor, coraje, moral. Responsabilidad, libertad, humildad, obediencia, armonía. Generosidad, justicia, paz, tolerancia. Honestidad, lealtad, respeto, confianza. Estas ya no son cualidades que caracterizan a las personas en el mundo. El verdadero problema reside en el corazón y en la conciencia de la persona. En el país los valores también se deterioran peligrosamente como indican los noticieros. Ej. Descubren robo millonario en las arcas del estado, mas de 80 congresistas han sido denunciados; ídolo deportivo consumía drogas, sobrino de presidente viola a jovencita luego de ofrecerle puesto público, lesbiana manda matar a su amante, niño asesina a anciana, profesor viola a su alumna etc. ¿Cómo limpiar este ambiente? Ningún padre aspira a que su hijo crezca en medio de la inmundicia social y carezca de valores. Los padres buscan que sus hijos lleguen a la excelencia humana. Le otorgan en lo físico, alimentos, vacunas, aseo etc. en lo afectivo: los ama, arrulla, apresta, reprende para que sean hijos buenos, solidarios, cariñosos, seguros de sí mismo, inteligentes, pacíficos. Pero cuando salen de su casa ¿Qué le espera en la calle, en el parque, en la combi? ¿Qué ve en la TV ¿Qué lee en los periódicos? ¿Qué escucha en las radios? He ahí el problema ¿Que hacer para parar el deterioro de valores en la familia? Entre otros: 1. Dialogar con sus hijos para sembrar en su mente criterios sanos que les hagan reaccionar ante el mundo de la calle, las amistades peligrosas o alocadas con las que se pueden juntar. Muchos hijos se quejan de que falta confianza con los padres porque no están al tanto de lo que pasa hoy a la juventud. Y tienen razón. ¿Qué padre, además de escuchar a los hijos, lee libros sobre la marcha del mundo joven? No se trata que le hagan sus cosas, sino de escucharlos en sus necesidades materiales y espirituales. 2. Responsabilidad es la mejor respuesta que damos a una libertad auténticamente orientada. No ser blandos. Mientras que no hayan cumplido con su deber, no ceder. 3. Exigencia de que hagan lo que tienen por hacer. Es curioso observar cómo el chico o la chica busca los puntos flacos del padre o de la madre para salirse con las suyas. 4. Disciplina. El gran problema de los hijos es la falta de disciplina. Fallan en el estudio no porque sean torpes, sino por falta disciplina mental o concentración. Al estudiar con música o la TV dispersan su fuerza cerebral. La disciplina es la parte más importante del éxito. Para ser grande hace falta 99% de talento, 99% de disciplina y un 99% de trabajo. 5. Respeto. Los padres tienen que hacerse respetar en casa y no dejar pasar una. Nunca les rías las gracias cuando digan palabrotas, sobre todo cuando son pequeños. El respeto a sí mismo es, el freno principal de todos los vicios. Evite decir: No quiero que mi hijo/a sufra lo que yo sufrí a su edad porque es muy dañino. El hijo/a que no tiene privación, no madura en su personalidad. Por eso hay jóvenes que actúan como niños. 6. Equilibrio. A los jóvenes les molesta ver a los padres discutir en alta voz, enfadarse, gritarse, insultarse, ante ellos. Eso genera hijos enfadadizos, descontentos, insatisfechos, frustrados. No hay peor cosa que le ordenes o reprendas en voz alta o a gritos. Vale más la dulzura que el griterío. Habla a solas con tu hijo/a. Cuéntele sus problemas de padres. Ya no son unos niños. Si tiene la humildad de reconocer sus errores ante ellos, se sentirán aliviados y les ayudarán a superar las crisis. Los padres están obligados a frenar el deterioro de valores en la familia a través del ej, por que el Perú será lo que las familias queremos que sea. Y nada le proporcionará dignidad tan respetable, ni independencia tan importante como el no gastar más de lo que gana. Es preferible acostarse sin cenar antes que levantarse con deudas por haber comido. Si no sabe pensar no sabe vivir. Para vivir bien hay que saber pensar bien Que la boca no diga lo que su conciencia no pueda soportar y que sus actos no realicen aquello que su corazón no sea capaz de tolerar en su seno. (Del libro EL TUNEL DE LA VIDA)

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