Que satisfacción saber que el 94
aniversario de creación como distrito de un pueblo milenario cuyos orígenes se
remonta a la etapa terciaria de la formación de la tierra, se haya celebrado dignamente,
es decir, como merecía Chaviña, rescatando sus patrones de cultura, sus valores
religiosos, cívicos y su propia existencia.
A diferencia del pasado, este año
el Concejo Municipal distrital de Chaviña presido por el Alcalde Profesor Juan
Dimas Morón López y conformado por sus regidores y servidores, en compañía de las
demás autoridades, los profesores y pobladores, rindieron el merecido homenaje
a Chaviña con diversas actividades, resaltando:
1. Diversos concursos, como Puchkay (hilar),
carrera de burros, campeonatos deportivos,
etc. como actividades previas.
2. DÍA CENTRAL: Solemne Misa de acción de gracias,
desfile de estampas folklóricas, desfile cívico escolar con participación de los
tres niveles del sistema Educativo: Inicial, Primaria y Secundaria; Sesión
Solemne, etc.
La riqueza de un pueblo no es la
del suelo, sino la del cerebro de su niñez y juventud. Los que creen que el
dinero lo hace todo, se equivocan y suelen hacer cualquier cosa por dinero. La
cultura es la verdadera riqueza de un pueblo. La cultura de cada pueblo es la
que determina sus características principales, el patrimonio de un pueblo tiene
un valor material, significativo y simbólico. La cultura viene a ser el
testimonio de su existencia, de su visión de mundo, de sus formas de vida y de
su manera de ser, y es también el legado que se traspasa a las generaciones
futuras. Para eso, que mejor oportunidad cuando se trata celebrar el
Aniversario de Creación como distrito de nuestro añorado pueblo. Quiénes nacimos
en Chaviña le debemos gratitud imperecedera. Entre los gestos más nobles, el
más excelso es el de la gratitud. La ingratitud es tan natural como la cizaña
que se cultiva por sí sola, sin que nadie la cuide. En cambio la gratitud es
como una rosa. Tiene que ser cultivada, regada, amada y protegida. Solo es
posible avanzar cuando se mira lejos. El éxito es una escalera que no puede
subirse con las manos en los bolsillos. Solo cabe progresar cuando se piensa en
grande. Cuanto más alto coloque el Chaviñejo su meta, tanto más crecerá. ¡QUE
VIVA CHAVIÑA!
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