Dicen que el rencor es un veneno que uno se toma y espera que
le haga efecto a la otra persona.
Cuantas veces actuamos ilógicamente pensando que esto le
afectará a alguien más sin que nos afecte a nosotros.
Hay dos sentimientos que nos corroen como polillas en un
armario cerrado. Estos son el rencor y la envidia.
Y no soy yo el que lo estoy diciendo sino, que le puedes
preguntar a cualquier persona que tenga envidia de alguien constantemente, o
una persona que no logra perdonar ni olvidar y guarda rencor.
La constante comparación de tu persona o de tu
situación con otros hace que dejes de valorar muchas cosas en tu vida y el
constante rencor hace que ya no les prestes atención.
En los proverbios dice: “El corazón tranquilo da vida al
cuerpo pero la envidia corroe los huesos”
Si te preguntabas que pasa que las aguas de tu corazón se
encuentran muy alteradas, o que no puedes encontrar paz, hoy puede ser un buen
día para que hables con Dios y le digas que te ayude a dejar la envidia atrás,
y valorar lo que tienes. Pídele que trabaje en el rencor que te persigue, y
déjalo en sus manos. Perdona. Es el mejor regalo que te puedes dar a ti mismo: Perdonar...
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