Mamá
es amor, sufrimiento, desasosiego, ternura, indulgencia, sacrificio, desafío a
la adversidad y mucho más. Es que, la madre es una
mujer tan bendita que soporta tantas cosas por amor a sus hijos. No hay otro
ser más especial que la madre, no hay ni habrá un amor más sincero que el amor de
madre. Por eso, cuando expresamos el
sentimiento que nos produce la mamá viva o fallecida, las palabras se
entrecruzan y se asfixian por la emoción, porque
no hay en la vida humana un ser, que produzca tanto agradecimiento y gratitud,
como la mamá.
En el inexorable transcurrir de los años, cuantas veces las madres habrán
dicho: ¡Jesús, María y José! Cuántas veces habrá tolerado la intemperancia de
un hombre, el valor mísero del dinero; soportado el dolor indescriptible que
genera cada alumbramiento, alimentado a sus hijos con su sangre; sus manos
colgado pañales, pelado papas, lustrado pisos; sus rodillas inclinado a rezar
para enseñarnos a orar con el ejemplo e incrementar la fe en sus hijos y así;
cada vez envejecer sin jamás quejarse, más bien solo esperando ver felices a
sus hijos. En fin, todo ese cúmulo de sacrificios, para cimentar la vida de los
hijos y acompañarlos siempre, hasta después de muerta. ¿Cuál debe ser la respuesta del hijo?
Querido hijo ponte la mano al pecho y reflexiona. C/día y a c/hora a tu
mamá tenle paciencia, compréndela y respétala. Nunca la recrimines ni con la
mirada, tampoco dejes de ayudarla, escúchale siempre. Si te dice que ya no
quiere vivir y solo quiere morir, no te enfades. Algún día entenderás que no
tiene nada que ver con tu cariño o con cuánto te amó. Trata de comprender que
ya no vive, sino sobrevive, y eso no es vivir.
¿Cuál es el significado de FELIZ DÍA MAMÁ? La felicidad no es un
camino, un deseo o un lugar, no es un abrazo, ni un metal precioso que con
dinero se puede comprar y regalar. Felicidad es mil cosas pequeñas y hermosas
que c/día el hijo tiene que conquistar para que viendo eso, tu madre sea feliz.
¿Si los hijos no son felices, podrán ser
felices las madres? Imposible. Hijo abre tu corazón conquista la felicidad
y ama después de Dios a tu madre aún muerta, respétala, compréndela y apóyala
con abundante amor, paciencia y sonrisas, como ella hizo desde que naciste. Si
tu madre partió a la eternidad, saca fuerzas para nunca olvidarla. Habrás leído
en lápidas..."Yo no he muerto estoy descansando, moriré cuando ustedes me
olviden..." ¿Podría un hijo olvidar a su madre? ¿A esa madre que le dio la vida?
¿En qué mente y corazón de persona normal se justificaría el olvido a una
madre? Todo hijo está obligado amar a su madre, por eso goza de bendición
divina. Si la olvidas por tu tranquilidad te has puesto en el camino de desgracia.
Se
cuenta que Dios tomó en sus Manos Su propio corazón, extrajo la fibra más
delicada y la injertó en el corazón de la madre, en el de todas las madres.
Desde entonces, lo más parecido a Dios que existe en esta tierra son las
madres. Todo el que ama a su madre, puede sentir el corazón de Dios.
Madres benditas, ustedes
cubren de ángeles la tierra, su corazón, es la escuela de cada hijo. Mi reverente
y afectuoso saludo anticipado en su día a c/u de las madres por ser criaturas
predilectas del Señor. Un caluroso abrazo a la distancia.
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