Cree en tus sueños, habla sobre tus sueños, piensa en tus
sueños, haz planes para tus sueños, crea oportunidades para tus sueños y mírate
ya en tus sueños.
La única manera de lograr que un sueño se haga realidad, es
hablar acerca de él, creer en él, verse a uno mismo en él y crear oportunidades
para él.
Hay un gran poder de voluntad que sigue a lo que imaginas.
Este poder de la voluntad te permite seguir adelante a pesar de todos los
obstáculos y los sueños que debieran tomarte diez a veinte años en lograrlos,
se cumplen en menos tiempo.
¡Los planes en papel no son suficientes para los sueños!
Simplemente mírate actuando en lo que te has imaginado y para cuando estés
involucrado pensaras que todavía estas en el proceso de imaginarte.
Lo que crees es lo que logras. Lo que imaginas es lo que
llegas a ser. Lo que piensas es lo que experimentas.
Sin embargo los verdaderos sueños no son lo que nacen en la
mente de un ser humano, sino los que vienen de Dios. Dios es el dador de los
sueños productivos. De nada sirve tener sueños si Dios no está en el asunto.
Cuando Dios da el sueño, él dará los recursos para que los llevemos a cabo y el
final siempre será que Dios será glorificado. Deja que Dios te siembre en sueño
en tu vida y entonces podrás correr hacía el sueño.
¿Sabes que el
parabrisas es más grande que el Retrovisor? ¿Por qué? Porque el camino que tienes por delante es
más importante que el que dejas atrás.
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