viernes, 20 de mayo de 2011

SEMBRAR PAZ, ES UN IMPERATIVO

Sembrar paz en todas partes es un imperativo, pero principalmente se debe sembrar la paz, en el corazón de los niños y los jóvenes. ¿Cuál sería la mejor manera de sembrar la paz? Enseñar a las familias a estar en paz en el hogar, en el vecindario o en la institución y conciliar toda discusión o disputa sin escatimar ningún esfuerzo; comprendiendo que la paz se alcanza y mantiene mediante el uso de la racionalidad o de la inteligencia. El ser humano no tiene cuernos o garras, ni tampoco dientes afilados. Su arma más poderosa es la razón y la inteligencia.
Los niños aprenderán a vivir en paz a través del ejemplo de los padres y de los mayores, hasta entender que la paz es una fuerza que a todo lo penetra y mantiene unido al universo, que con esta fuerza creamos cada minuto, cada hora, cada día, y que, como el tiempo es un ciclo, lo que creamos vuelve a nosotros. Es obligación de los padres y de los adultos, crear a los sembradores de la paz del futuro, los niños, de una sola y única manera, mediante el ejemplo, así enseñarles a los niños a estimar y apreciar a los grupos sociales que son diferentes y tienen creencias diferentes. Enseñarles la franqueza que necesitan para vivir en un mundo diverso en el cual otras personas tienen su manera de ser propia y única, su vida y su cultura. Enseñarles el valor de la diversidad, y también hacerles conocer los conceptos intolerantes de las mentes estrechas. Darles las herramientas para que vivan en un mundo de diferencias sin sentirse amenazados, sin obligar a los demás a doblegarse a su voluntad, a su cultura. En suma enseñarles que nunca es útil hacer daño a nadie.
Sembrar paz, es expresar serena y claramente todo lo que se tenga por verdad y escuchar a los demás, incluso a los necios que también ellos tienen algo que decir. Para vivir en paz, hay que evitar tratar con personas imperativas, ostentosas, y vanidosas que perturban el espíritu. Si das en compararte con los demás, podrías amargarte y envanecerte, pues siempre encontrarás personas que valen más que tú, así como otras que son menos. Disfruta de tus logros como de tus proyectos. Que el interés por tu profesión o tu ocupación, aunque sea muy humilde, se mantenga vivo en los vaivenes del tiempo. Muéstrate siempre tal como eres, no finjas el afecto que no sientes, tampoco mires el amor con cinismo. Atiende a lo que te dice el paso de los años y vive en paz con Dios demostrando en cada paso que des, amor a Él y al prójimo.
Todas las ingratitudes de la vida, sus discordias y asperezas, esto es, la violencia, tienen su origen dentro de ti y no fuera. Una gran mayoría culpa de sus discordias, peleas o fracasos al destino, a sus iguales o a Dios y vive amargado por ello. Es hora de que te des cuenta que la causa de la discordia, los líos, enfrentamientos o los fracasos no están en los demás o en las circunstancias externas, sino, dentro de ti mismo. Estar en paz con la vida, depende única y exclusivamente de ti. Para sembrar la paz hay que saber vivir en paz.

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