Muchos se preguntarán qué es más caro en ciertas instituciones formadas por hijos que residen en Lima y proceden de un mismo anexo, distrito o provincia ¿La enfermedad o el remedio? ¿La institución o la institucionalidad? Es innegable que casi todas las instituciones se forman con el objetivo de cultivar los patrones de cultura de la tierra natal conservando su identidad, hacer una vida social al puro estilo del pueblo de origen en el ideal de la unidad y la integración, sin embargo, en muchos casos, ese noble fin se debilita con el paso del tiempo por ambiciones mezquinas de ciertos integrantes o grupos que deliberadamente generan problemas diversos, como: Faltas injustificadas a reuniones, incapacidad al asumir cargos, no presentar informes económicos, ambicionar el patrimonio, impulsar asambleismos para usurpar cargos etc. al punto de generar divisionismo y enfrentamientos, o hacer de la institución, río revuelto, ganancia de pescadores. Significa ¿Que la institución nació enferma, vive enferma y morirá por esa enfermedad? Entonces ¿cómo queda el buen nombre del pueblo, cuando el remedio resulta peor que la enfermedad? Toda institución está obligada a mantener incólume el prestigio de su pueblo de origen o de su Santo Patrón. Pero hay instituciones que la desprestigian al vivir como Caín y Abel por anteponer al buen nombre del pueblo o del Santo Patrón o Patrona su mezquina ambición por fondos que recaudan, las donaciones que reciben, la administración patrimonial, siembran el dañino mal ejemplo en las generaciones que les siguen. Así ¿dónde llegarán? Como no hay mal que dure cien años ni cuerpo que resista, se auto sepultarán y la juventud ávida de mejor porvenir para él, sus co poblanos e hijos, tomará las riendas y pondrá fin a esa desgraciada realidad de descomposición social. Quizás esas personas tengan un insaciable deseo por el dinero o por la categoría social que el dinero puede proporcionar, sin embargo no existe evidencia alguna de que el dinero pueda comprar la autoestima. De hecho, existen evidencias que demuestran justo lo contrario. Lo primero y lo más importante en un emigrante, debe ser honrar esté donde esté, el buen nombre del pueblo donde nació, que le da su primera identidad.
Es muy importante en la vida seguir estos pasos:
1. El bien ser.
2. El bien hacer.
3. El bien estar.
4. Y el bien tener.
El bien ser, equivale a Honesto, puntual y disciplinado en el principio fundamental del respeto: si no es tuyo deber ser de alguien. Si te encuentras un reloj o un anillo y no es tuyo, debe ser de alguien, entonces devuélvela y si te encuentras en una fiesta una señora, y no es tuya debe ser de alguien, respétala. Los que devuelven lo que no es suyo, son los tienen un mejor porvenir.
El bien hacer: Haz las cosas bien, si vas a estudiar hazlo bien, si vas a dirigir una institución, hazlo bien.
Las personas que son un bien ser y dan a la familia y a su pueblo de lo que recibieron, llegaran al tercer paso: el bien estar, y quienes siguen estos tres pasos en este orden, tarde o temprano llegaran a lograr un bien tener.
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