Ha escasos días del 5 de junio, fecha de la 2da vuelta para elegir al nuevo presidente o presidenta del Perú estamos frente a una campaña electoral sucia, llena de insultos y de calumnias, cuyo propósito es desprestigiar y demoler a quién desde el 28-07-2011, personificará el estado peruano por 5 años. En este fuego cruzado de agravios, atropellos, injurias, ofensas, no solo se involucra a cada candidato, sino se incluye a su familia, a personas de su entorno y se les enloda sin misericordia en los medios de comunicación, destruyendo la salud democrática del país y demostrado así que los elementos protagónicos de la presente campaña electoral es la corrupción que desgarra a Perú y la creciente guerra sucia. El vicio de la corrupción continúa socavando el desarrollo social y político del Perú. Que lamentable.
Los responsables de esta degradación social dan rienda suelta a su inconsciente para que aflore desde sus profundidades el orgullo, la vanidad, la envidia, el odio, los resentimientos, el rencor, la venganza, el egoísmo, el deseo de poseer personas o cosas; y también el miedo, la timidez, la angustia y la agresividad; fuerzas primitivas que lanzan al hombre contra el hombre, lanzan al hermano contra el hermano, los separan, oscurecen, obstruyen y destruyen la unidad. Que tal campaña electoral, que socava peligrosamente las bases mas sensibles de la débil democracia en el Perú.
Los pocos días que faltan al 5 de junio, son decisivos para que el elector supere las pasiones y opte por un voto informado, responsable y cívicamente maduro. Eso será posible en la medida que cesen los ataques personales y se vaya directamente a las propuestas: Los que y los como. Por Ej.: ¿Qué infraestructura se priorizará y cómo se concretará? ¿Qué se va a hacer con la exclusión social y cómo se piensa superar la pobreza de manera sostenible? ¿Qué metas habrá en educación y salud y cómo se piensa alcanzarlas? ¿Qué presión tributaria se debe tener y cómo variará la tasa de IGV o del impuesto a la renta?, etc. Las respuesta que den los candidatos a éstas y tantas otras preguntas es mucho más importante para la democracia y el país; que los insultos, las calumnias, los agravios o la violencia; y hacer de esta campaña electoral, una campaña limpia, útil con propuestas reales, a efecto de que el electorado tome en cuenta, cuál de los dos candidatos tienen propuestas serias que se condigan con el desarrollo del país.
Por último sería muy saludable para la democracia peruana que cada uno de los dos candidatos informe en detalle y con absoluta sinceridad al electorado, las fuentes de financiamiento de su campaña electoral, por ser ésta una de las puertas de entrada para la corrupción. Cuando el candidato es electo usa su mandato para favorecer intereses particulares, antes que defender los intereses públicos, por existir una relación con los aportes efectuados por donantes para financiar las campañas de los candidatos y los partidos políticos.
Solo así, en el 2011, podremos decir no que gane quién va primero, sino que gane el mejor.