Pareciera que muchos electores en Perú, votan con el corazón o el hígado y no con el cerebro, votan por personas y no por programas, votan siguiendo lo que dicen en radio, TV o periódico, votan por quien a él le convenga. Eso no está bien. Se debe votar por quien mejor pueda dirigir el país y con absoluta libertad, sin dejarse influenciar por nada ni nadie.
El derecho a la libertad de opinión consagrado en la Constitución (Art.2º, 4) tiene su contrapeso, en el derecho, a mantener reserva sobre sus convicciones políticas, filosóficas… (Art. 2º, 18); y en Art. 31º también de la Constitución… “El voto es personal, igual, libre, secreto y obligatorio”… Cuando un ciudadano en un medio de comunicación masiva, dice que votará por tal candidato ¿Hace ejercicio razonable de su derecho constitucional? ¿Manipula o distorsiona la conciencia ciudadana de los demás electores?
La segunda vuelta electoral, no debe dividir, menos polarizar a la ciudadanía. No se trata de una “guerra civil” entre seguidores de dos candidatos como dicen algunos. Es una fiesta democrática que debe sustentarse en el mutuo respeto; el estudio, la difusión y confrontación de planes de gobierno. No hay razón ni justificación para dañar la honorabilidad de los candidatos o levantar juicios de valor del proceso en marcha trastocando la dignidad de los peruanos.
Decir a través de los medios de comunicación masiva… “sería como elegir entre el cáncer terminal y el sida”… “no votaré por la “hija de un dictador, criminal y ladrón” … "mi deber ciudadano es tratar de impedir el inmenso daño que un cachaco torpe, obstinado, ignorante y mentiroso puede hacer al país entero”… ¿Qué de bueno le hace al Perú y a la ciudadanía? ¿Cómo nos catalogaran los países del orbe? ¿Por qué se busca destruir la dignidad de la persona?
Es cierto que el proceso electoral es una competencia o rivalidad entre partidos políticos, pero no para herir a la persona que lidera, sino para escoger el mejor plan de gobierno y la actitud y aptitud de servicio del líder a la colectividad, principiando de los más necesitados. Por tanto, el debate y la discrepancia deben centrarse en eso. ¿Cuál de los candidatos ofrece un plan de gobierno realizable, financiado y coherente? ¿Cuál de los candidatos pondría fin a la corrupción, la violencia social, la pobreza y extrema pobreza en el país? Etc.
Atacar y despotricar al líder, lleva a mantener e incrementar el voto inmaduro, no responsable y generador de la corrupción, es decir, es propiciar votar por la persona y no por el programa, votar con el corazón o el hígado y no con la cabeza, influenciar para variar la convicción cívica del elector, etc.
Antes bien, los medios de comunicación, las organizaciones sociales, los responsables del proceso electoral, los colegios profesionales, las universidades, deberían promover varios debates entre los candidatos a Presidente, entre los equipos técnicos y los candidatos a Vicepresidente, para que los electores tengamos la certeza de emitir un voto informado y responsable por amor al Perú y no por odio al candidato.
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