martes, 9 de mayo de 2017

SALUDO A LA MADRE

El único ser vivo del universo que ha unido lo Divino con lo humano es la Madre. El Todo Poderoso decidió que la Joven María, se convierta en Madre de su Hijo. Así Jesucristo se hace Dios y hombre a la vez y redime con su propia vida al mundo entero para que sigamos siendo dignos a los Ojos del Creador. Eso significa que, no existe en la vida terrenal, persona más humana, más digna y más llena de amor que la madre.
Madre es el ser más singular, especial y única que existe y significa: Amor, ternura, entrega, comprensión, sacrificio, desafío a la adversidad, tenacidad, indulgencia, sufrimiento y desasosiego, todo eso y mucho más. ¿Para qué? Para hacer de sus hijos mejores personas que ella, por el deseo extraordinario de entregar a la sociedad, seres que sepan respetar, amar, luchar y servir con honradez,  honestidad, optimismo y perseverancia.
Querido hijo e hija: Dale a tu madre tu corazón, respétala, compréndela y apóyala como ella hizo con todo su amor desde que naciste. Y si tu madre partió a la eternidad, saca fuerzas para no olvidarle nunca. ¿Podría un hijo olvidar a su madre? ¿A esa madre que le dio la vida y sin pudor le cambió los pañales? ¿En qué mente y corazón de persona normal se justificaría el olvido a una madre? Todo hijo está obligado de amar a su madre por siempre y para siempre, por eso se hace merecedor de la Bendición de Dios Nuestro Creador. Olvidarse de la Madre que partió a la mansión del Señor por anteponer la tranquilidad de los suyos, sería ponerse en el camino de la desgracia. ¿No te parece?
MADRES BENDITAS Ustedes cubren de ángeles la tierra, porque su corazón es la escuela de cada hijo. Así como Dios ha puesto en el alma del hombre una chispa de su inteligencia, de la misma manera ha puesto en el corazón de ustedes las madres, un relámpago de su amor. Mi reverente y afectuoso abrazo para cada una de ustedes, con motivo del Día de la Madre, porque definitivamente las madres son seres extraordinarios, sublimes en la creación Divina y criaturas predilectas del Señor.

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