Los que pasan la vida soñando y los que dan vida a sus
sueños.
Los que sueñan con logros y los que logran sus sueños.
Los que siguen las huellas y los que las dejaron.
Los que ven para poder creer y los que creen antes de ver.
Los que te pisan al subir y los que suben a ayudar.
Los que te dan confianza y los que te la quitan.
Los que dan sin pedir a cambio y los que te piden el cambio.
Los que escogen una de dos y los que toman las dos.
Los que se asoman por la ventana y los que se salen por ella.
Los que hacen, se reproducen y mueren y los que nacen,
producen y nunca mueren.
Están en la vida los que siguen el camino y terminan perdiéndose
y los que abren el camino y porque han decidido seguir a Jesús quien es el
verdadero camino. A estos últimos nada ni nadie, los hace retroceder. Decide
hoy los del segundo grupo y verás un cambio total en tu vida.
Dios bendice a quienes no siguen malos consejos ni andan en
malas compañías ni se juntan con los que se burlan de Dios.
Dios bendice a quienes aman su palabra y alegres la estudian
día y noche.
Son como árboles sembrados junto a los arroyos: llegado el
momento, dan mucho fruto y no se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hacen les
sale bien!
Con los malvados no pasa lo mismo; ¡son como el polvo que se lleva el viento!
Con los malvados no pasa lo mismo; ¡son como el polvo que se lleva el viento!
Cuando sean juzgados, nada los salvará; ¡esos pecadores no
tendrán parte en la reunión de los buenos! En verdad, Dios cuida a los buenos, pero
los malvados se encaminan al fracaso. Salmo 1
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