Hay una frase publicitaria que se puso de moda: Juntos
podremos hacerlo. Es un excelente lema para tener en el matrimonio. El
matrimonio es una sociedad. No se trata de uno que manda al otro, ni tampoco de
dos personas que hacen su vida y a veces se juntan. Una sociedad implica que
ambos tengan la misma responsabilidad en todo.
En una empresa, es raro que los socios participen en
actividades idénticas. Uno quizá esté a cargo del campo de mercadeo mientras el
otro se ocupa de la fabricación.
Uno puede llevar adelante las finanzas, mientras que el otro
se encarga del personal. Sin embargo, cada función, aunque sea diferente, es
vital para lograr el éxito de la empresa. Lo mismo es cierto en el matrimonio.
Por lo general, cada cónyuge tiene responsabilidades diferentes y todas son de
vital importancia para el éxito de la relación.
Una sociedad comercial fracasará irremediablemente si los
socios no se comunican entre sí. Deben tener metas aceptadas de común acuerdo.
Tienen que ser capaces de crear juntos su negocio con un sentido en el
matrimonio. La comunicación es primordial y las metas comunes serán lo que le
dé esperanza y vida a su relación.
El matrimonio de éxito casi siempre descansa sobre una base
de rendición de cuentas entre el esposo y la esposa.
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