La guerra del 79 fue con
Chile e Inglaterra. Una evidencia es que Chile, no pagó un solo peso a
Inglaterra por sus blindados Cochrane y Blanco Encalada. Cuando el Perú en XI-1879,
había perdido el Huáscar en Angamos y sólo le quedaba la corbeta Unión, el
presidente Mariano Ignacio Prado, resolvió hacer una colecta nacional el último
domingo de noviembre para comprar 2 blindados y así afrontar la guerra. En esos
días llegaba al Callao desde Santiago de Chile, Nicolás de Piérola, luego de estar
exiliado en ese país con la ayuda de la burguesía chilena. Apenas desembarcó,
empezó a conspirar en la oscuridad contra el gobierno de Mariano Ignacio Prado,
fiel a su estilo.
El 18-XII-1879 el
presidente Prado, a escondidas, se embarca en el Callao rumbo a Panamá, llevándose
el producto de la colecta. Cuando llegó a Guayaquil renunció a su cargo y se
fue a Paris de donde jamás volvió. El y su familia fueron poderosos y
acaudalados, ostentando lujos y osadía y todo eso con el dinero de hombres y
mujeres, de niños y ancianos que se desprendieron de lo que tenían, pensando en
salvar a la patria. Sin embargo años mas tarde si volvió su hijo Manuel Prado
Ugarteche y aunque parezca increíble, el pueblo lo eligió 2 veces presidente.
Qué cierta es, a veces, la amnesia de los pueblos. La huída de Prado, significó
el momento preciso que buscaba Piérola para hacerse del poder. Es así al frente
de una montonera entró a Lima y derrocó al vicepresidente, General La Puerta , hombre entrado en
años y de poco carácter.
Piérola conocido como
vanidoso, engreído y ego centrista, apenas asumió el gobierno, empezó un
monstruoso plan contra su propio país, el Perú, cumpliendo consignas de sus
amigos chilenos, de quien él fue un especial huésped. Lo 1ro que hizo, fue
cortar todo apoyo y abastecimiento al ejército acantonado en Tacna a cargo del
Contralmirante Lizardo Montero, hombre que había combatido y derrotado a
Piérola años antes en una de las muchas revoluciones que éste inició y lo tenia
como enemigo político y sentía celos de él, porque si tenia éxito en la Campaña del Sur, podría
ser bien visto por el pueblo peruano y podría arrebatarle la presidencia. De
esa forma tan mezquina condenó a las fuerzas peruanas al más absoluto abandono,
en momentos en que se jugaba el destino del Perú. Los limeños al notar esta
actitud, por demás reprochable del dictador, salieron a las calles en ruidosas
manifestaciones, pidiendo que se envíe socorro a los defensores del sur, que
sufrían de alimentos, armas, municiones, ropa y refuerzos.
Piérola, para acallar
las protestas ordenó enviar un cargamento secreto hacia Arica, en la corbeta
Unión, con mucha fanfarrea y teatro. Manuel Villavicencio, marino hábil e
inteligente, fue el encargado de llevar a la Unión a su destino, llegando el 26-02-1880. Los
peruanos en Arica al desempacar el cargamento se dieron con la triste sorpresa
de que sólo habían montones de tela blanca y 2 ametralladoras malogradas e
inservibles. Piérola se había burlado de
ellos y del pueblo peruano en la forma más despiadada que se le pudo ocurrir. Respecto a esto, el historiador chileno
Vicuña Makena dice: "este hecho trajo desazón en los espíritus entre la
oficialidad y tropas peruanas". Ahora sabían los peruanos del Ejército del
Sur, que estaban abandonados a su suerte y que no recibirían nada de su propio
gobierno. Piérola cumplía su cometido: Facilitar la derrota de su patria, el
Perú. En este escenario, se dio la
batalla de Tacna o del Alto de la Alianza.
Chile con 18 mil soldados, 1200 jinetes de caballería y con numerosa
artillería manejada magistralmente por artilleros ingleses.
Los peruanos con 6500
soldados y 3000 bolivianos, sin caballería y con 12 piezas de artillería. A
pesar de la tremenda diferencia de fuerzas, el encuentro fue terriblemente
parejo, sobresaliendo el batallón Zepita al mando de Cáceres, y por el lado
boliviano, los Colorados hicieron honor a su fama de aguerridos. Ante el empuje
de valor y coraje los batallones chilenos retrocedían y estaban a punto de
entrar en pánico. Sobre esto Vicuña Makena escribe: "Los batallones
chilenos retrocedían y parecía que iban a entrar en pánico, en ese momento la
suerte de Chile pendía de un hilo. En esas circunstancias se detuvo el avance
peruano, porque lamentablemente se habían agotado las municiones y los chilenos
volvieron a la carga y a nuestros compatriotas no les quedó más que batirse a
bayoneta. Se perdió la batalla de Tacna. Esta derrota agobió al pueblo peruano
y corrieron muchas lágrimas; sin embargo, en Palacio de Gobierno de Lima, hubo
fiesta. El 28-05-1880 se publicó en el diario oficial de Piérola, llamado La Patria , un editorial que
empezaba con las siguientes palabras: “Hace
dos días atrás fue destruido en Tacna, el último reducto del corrupto régimen
anterior" refiriéndose a los mártires del Alto de la Alianza , que todo el Perú
lloraba. A ese punto llegó la insanía mental de este dictador al servicio de
Chile, en el peor momento de la historia del Perú. El numeroso ejército
chileno ya en Lima el 13-01-1881, se dio en San Juan el 1er encuentro contra un
ejército peruano total e intencionalmente mal dirigido por Piérola. Terminada
la batalla de San Juan, los chilenos se desbandan y comenzaron a saquear las
residencias de Chorrillos y cercanías, donde había muchas bodegas de vinos y
otros licores, comenzaron a beber en forma desenfrenada, mientras le prendían
fuego al pueblo. Preocupado Baquedano, comandante en jefe del ejército chileno
le pidió una tregua a Piérola, cosa que éste aceptó inmediatamente. En la
noche, mientras el fuego consumía las casas y residencias y los chilenos se
mataban entre si y otros dormían en las calles o deambulaban totalmente
embriagados por el alcohol, se presentó ante Piérola el Coronel Cáceres, para
pedirle permiso y atacar con su batallón de dos mil hombres a los chilenos en
la absoluta convicción que con esa acción terminaría con el ejercito chileno
que se hallaba desbandado y borracho y con ello se ganaría la guerra. Piérola
le negó el permiso, aduciendo que le había dado su palabra al comandante
chileno de no atacar. Piérola para sellar su obra contra el Perú, ordenó a
todos nuestros soldados depositar sus armas en el cuartel Santa Catalina. Por
esta acción, los chilenos al ocupar Lima, encontraron 15 mil fusiles en el
mencionado cuartel. Piérola después de haber dado esta última orden huyó a la
sierra, pero después de algunos años volvió a la escena política y como es
normal el mal de amnesia de nuestro pueblo, fue elegido presidente nuevamente.
Esta es la historia no contada ni estudiada. ¿Qué le parece?
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