viernes, 20 de abril de 2012

¿POR QUÉ TE CONFUNDES Y TE AGITAS ANTE LOS PROBLEMAS DE LA VIDA?

JESÚS TE DICE:
Déjame al cuidado de todas tus cosas y te irá mejor. Cuando te entregues a Mí todo se resolverá con tranquilidad según mis designios. No te desesperes. No me dirijas una oración agitada, como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos. Cierra los ojos del alma y dime con calma…
¡JESÚS EN TI CONFÍO!
Evita las preocupaciones angustiosas y los pensamientos sobre lo que pueda suceder después. No estropees mis planes queriéndome imponer tus ideas. Déjame ser Dios y actuar con libertad. Entrégate confiadamente en Mí y deja en mis manos tu futuro. Dime frecuentemente….
¡JESÚS EN TI CONFÍO!
Lo que más daño te hace es tu razonamiento, tus propias ideas y el querer resolver las cosas a tu manera. Cuando me dices ¡Jesús en ti confío! No seas como el paciente que le dice al médico que lo cure, pero le sugiere el modo de hacerlo. Déjate llevar por mis brazos divinos, no tengas miedo; ¡YO TE AMO! Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración, sigue confiando, cierra los ojos del alma y confía. Continúa diciéndome a toda hora:
¡JESÚS EN TI CONFÍO!
Necesito las manos libres para obrar. No me ates con tus preocupaciones inútiles. Satanás quiere eso: agitarte, angustiarte, quitarte la Paz. Confía en Mí. Reposa en Mí. Entrégate a Mí. Yo hago los milagros en la proporción de la entrega y confianza que tienes en Mí. Así que no te preocupes, deposita en Mí todas tus angustias y duerme tranquilo. Dime siempre…
¡JESÚS EN TI CONFÍO!
Y verás grandes milagros… te lo prometo por mi amor.
ABRE TU PUERTA Y TU CORAZON A CRISTO… RECÍBELO A MARÍA…

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