JUGAR CON GASOLINA Y FUEGO, ES QUEMARSE

Amigos padres y madres de familia, estamos a un paso de diciembre que termina el año escolar. Muchos padres ya saben la situación final del estudio de sus hijos. Unos pasarán de año por haberse esforzado en estudiar durante 9 meses de clases y otros repetirán de año por no estudiar y no tener el control de sus padres.

Si su hijo va repetir de año ¿Qué piensa hacer? ¿Piensa recuperar el tiempo perdido? Pues yo le digo que el tiempo que pasa no vuelve, y si vuelve no devuelve las oportunidades perdidas ¿Cuál será su reacción si su hijo pierde un año de estudios y de su vida? ¿Ir al colegio, hablar con los profesores, ofrecerle pagar para que no repita de año? Si usted hiciera eso, con toda seguridad le prendió fuego a la gasolina generando una explosión que les dejará quemados o chamuscados a usted, a su hijo y al profesor. Pueda que con el fuego no mueran, pero nunca podrán esconder la cicatriz que deja las quemaduras. Ella perdurará como algo negro en la mente y el corazón de sus hijos.

En la vida tenemos que aprender a resolver problemas, pero con soluciones lógicas y razonables, sobre todo cuando se trata de educar o formar a nuestros hijos. Pagar al profesor para que el hijo pase de año, es como clavarle un puñal en su corazón. Su hijo se acostumbraría a conseguir las cosas pagando, sin saber nada. Así avanzará 2, 3 0 4 años, pero como no sabe nada, en nada útil se convertirá y su único camino será la delincuencia. Si no estudió es mil veces mejor que repita y aprenda de ese error.

La primera gran escuela de la vida es el hogar, es ahí donde los hijos desarrollan la mitad o el 50% de sus potencialidades de 0 a 5 años de edad, es allí donde, están llamados y obligados a diferenciar el bien del mal, lo que se debe o no se debe hacer, etc. La condición de padre es irrenunciable. Por eso los padres tienen obligaciones que nunca deben olvidar para con sus hijos. ¿Cuáles? Comprenderlos por sobre todas las cosas. Elogiar sus buenos actos. Auxiliarlos en sus fracasos en vez de humillarlos. Descubrir sus reales posibilidades. No exigir con exageración ni pretender perfecciones. Visitar su centro de estudios y conversar con sus profesores. Participar en las reuniones de padres de familia. No renunciar el derecho y la responsabilidad de guiar la educación de los hijos. Conversar con sus hijos sobre su vida escolar y social. Conocer y conversar con sus amigos. Asegurar las condiciones de estudio en el hogar. Asegurar que cumpla sus obligaciones. Acompañarlos en los estudios. Tener una vida ejemplar en el hogar. Si quieres ver a tu hijo feliz un día, dale un regalo; si quieras verlo feliz toda la vida enséñale a vivir, dice el dicho. Como padre enséñale la honradez, la veracidad, la puntualidad, la responsabilidad con corrección, exigencia impostergable e inflexible, es decir sin contemplaciones. Como madre, enséñale a amar, a comprender, a respetar, a ser cariñoso, hacendoso; esto es riqueza espiritual. Para enseñarle a amar demuéstrale que tú amas a tus semejantes, y que todo en la vida tiene algo de hermoso. Para enseñarle a respetar, demuéstrale que respetas a tu esposa o esposo, a tus hijos y a ti mismo. Para que sepa luchar no lo critiques delante de nadie, dale tu apoyo para aceptar el fracaso, y tu entusiasmo para volver a luchar. Enséñale primero buenos principios y después bellas maneras. Entonces podrás exclamar: “He sido un verdadero padre o madre para mis hijos”. Y tus hijos te respetarán y aprenderán a tener fe en Dios. No olvides el peor error que los padres puedan cometer en la vida, es hacer que su hijo pase de año pagando o sobornando al profesor. Así le conviertes en un potencial delincuente. Llegado el momento, si no se ha esforzado durante el año es mejor que repita y aprenda de su error, pero jamás ocultar la irresponsabilidad por coimas o sobornos y si algo de eso, sabes que está pasando en los colegios, te invito que denuncies esa canallada que le pone en el camino de la desgracia a los futuros peruanos. Gracias.