“La enfermedad es un
conflicto entre la personalidad y el alma”. Bach. Muchas veces…
El
resfrío “chorrea” cuando el cuerpo no llora. El dolor de garganta “tapona”
cuando no es posible comunicar las aflicciones. El estómago arde cuando las
rabias no consiguen salir. La diabetes invade cuando la soledad duele. El
cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta. El dolor de cabeza deprime
cuando las dudas aumentan. El corazón afloja cuando el sentido de la vida
parece terminar. La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable. Las
uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas. El pecho aprieta cuando
el orgullo esclaviza. La presión sube cuando el miedo aprisiona. Las neurosis
paralizan cuando el niño interior tiraniza. La fiebre calienta cuando las
defensas explotan las fronteras de la inmunidad. Las rodillas duelen cuando tu
orgullo no se doblega. El cáncer mata cuando te cansas de “vivir”. ¿Y tus
dolores callados? ¿Cómo hablan en tu cuerpo? La Enfermedad no es mala, te avisa
que te estás equivocando de camino. El camino a la felicidad no es recto. Existen
curvas llamadas EQUIVOCACIONES. Existen semáforos llamados AMIGOS. Luces
de precaución llamadas FAMILIA. Todo se logra si tienes: Una llanta de
repuesto llamada DECISIÓN. Un potente motor llamado AMOR. Un buen seguro
llamado FE. Abundante combustible llamado PACIENCIA, pero sobre todo un
experto conductor llamado DIOS (Nelson Torres, Doctor en Psiquiatría)
sábado, 12 de noviembre de 2016
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