Los maestros peruanos en la actualidad
están en medio de un fuego cruzado. Por un lado recibe una fuerte exigencia
social de promover los aprendizajes más avanzados y complejos, para que los
alumnos culminen sus estudios en condiciones óptimas como para enfrentarse a
una sociedad globalizada; y por otro lado, se le condena a sueldos de muerte
lenta pero segura; a deficientes procesos de formación y capacitación, y a una
imagen social de profesional de última categoría; impunemente soslayando, que
el maestro debe estar presente en las
decisiones sobre el sentido de la educación Peruana, porque es uno de los
principales responsables de convertir el ideario educativo en realidades
concretas.
El profesor no es un simple facilitador
de aprendizajes. El docente es como la palanca de Arquímedes, quién decía:
dadme un punto de apoyo y moveré el mundo. El punto de apoyo de la educación es
el maestro. La calidad educativa no puede ser mejor que la calidad de sus maestros
¿Que se hace por ellos? ¿Interesa a los gobiernos de turno la calidad de sus
maestros?
En un país como Perú, sumido en la
violencia, la corrupción, el atraso y las desigualdades de todo orden, en la
subordinación a grupos de poder económico, a una tradición conservadora y
elitista, el docente requiere para su desenvolvimiento dimensiones axiológicas
superiores, como: La justicia social, el compromiso social para cambiar la
sociedad peruana, la libertad, la verdad, la honradez, la solidaridad y el
respeto a los derechos humanos; valores sobre las cuales pueden desarrollarse
otros valores positivos como la autoestima, la eficiencia, la audacia, etc. La
actual formación docente se ha indignifacado con la proliferación de
instituciones privadas con oscuras ambiciones de negocio.
El último concurso de nombramiento para
ingresar a la “carrera pública magisterial” (año 2015) se presentaron doscientos
quince mil profesores titulados, aspirando ocupar alguna de la veinte mil
plazas vacantes que el MINEDU ofrecía. Resultado: Aprobaron 8,015 (4%). El
actual Ministro frente a este catastrófico resultado, señaló: …”Ingresar a la
carrera pública magisterial, es más difícil que ingresar a la Universidad
Cayetano Heredia…” Al inicio del 2016 se tuvo 98 mil plazas de contrato.
¿Cuánto ahorra el MINEDU a costa de la calidad educativa de los hijos del
pueblo? ¿Para qué? ¿Cuál es la ejecución presupuestal del MINEDU? Actualmente
hay casi 200 mil docentes excedentes y
sin embargo sigue formándose varios miles más de profesores, en universidades e
institutos pedagógicos privados en los que, más interesa el pago que deben
hacer y no su profesionalización con el silencio sepulcral del Ejecutivo y Congreso
¿Por qué? ¿Acaso porque algunos de ellos son los dueños de estas instituciones
privadas que les sirve para seguir amasando dinero?
En promedio los profesores actualmente
ganan 1.300 soles mensuales y los cesantes y/o jubilados 850 soles de pensión.
En el largo plazo, el poder adquisitivo de los maestros fue creciente hasta
1965. Desde entonces paulatinamente ha venido deteriorándose, hasta perder más
del 75 % de su capacidad de compra a la fecha. En contrapartida cada vez sube
el costo de los artículos de primera necesidad mermando aún más la magra
economía del maestro y el pueblo no asalariado. En estas condiciones ¿alcanzaremos
algún día el desarrollo del país? ¿Por qué se margina y arrincona al magisterio
peruano? ¿Será porque no queremos justicia social? ¿Porque nos encanta el dicho
de que el vivo vive del sonso y el sonso de su trabajo? ¿Hasta cuándo?
La indescriptible indolencia del
gobierno de por sí promueven una huelga magisterial ¿y la educación de los
hijos del pueblo? ¿Le interesa al gobierno? Claro, ellos tienen sus hijos y
familiares en los mejores colegios privados ¿pero los hijos del pueblo? ¿De ese
pueblo que los eligió y los hizo Presidente? ¿Qué nuevas mentiras nos dirán más
adelante para seguir engañándonos y no desprenderse de la torta estatal, hecha
con el impuesto que todos pagamos? ¿Seguirán haciéndonos creer que son
moralizadores? ¿Qué lucharán por una economía equitativa? Dios nos coja
confesados, mientras tanto los maestros y los marginados del Perú siguen
sentenciados a una muerte lenta pero segura.
La educación de los hijos del pueblo y
el futuro del país, están íntimamente ligados a la deplorable situación
económica y social de los maestros del país con quiénes nos solidarizamos
sincera y francamente, demandando de los responsables medidas urgentes que
saquen del marasmo al magisterio nacional activo y cesante y el pueblo
olvidado.