martes, 12 de abril de 2016

ELECCIONES GENERALES 2016 ¿QUE NOS DEJA Y QUE ESPERAMOS?

Concluyó la primera vuelta del proceso electoral en el país, dejando incertidumbre y heridas abiertas generados por peruanos contra peruanos. Varios candidatos y sus seguidores hicieron gala de su capacidad de  ser “anticandidatos”. Es decir, agredir, atacar, atentar, arremeter, embestir, herir, pegar, golpear, arañar, picotear o apuñalar a sus contrincantes en vez de exponer su plan de gobierno o hacer conocer su visión de país hacia el bicentenario, lamentablemente destruyendo, de esa manera, los valores más elementales de nuestra dinámica social y las redes sociales.
Al final de cualquier jornada, es muy saludable hacer un alto, para analizar lo hecho, y pensar, meditar y reflexionar anteponiendo el interés nacional, al interés personal o partidario. Ahora empieza la segunda vuelta. Las condiciones son distintas porque se trata de dos candidatos, ya no de diez como en la primera vuelta. Por consiguiente, ambos aspirantes a la primera magistratura del país tienen la obligación de demostrar al electorado nacional, cómo enfrentarán la crisis política en que vive el país.
La crisis política es preocupante, está llevando al país a la extrema pobreza moral. Es necesario conocer el origen de donde se inicia los errores de un mal gobierno y la razón del por qué no pueden evitarse el desgobierno y los escándalos políticos que agudizan más la pobreza moral. Lo deseable es que el candidato al poder, así como sus equipos técnicos, deben ser políticos con  principios y valores, veraz en sus discursos y no hacer falsas promesas para engañar a sus electores. Su discurso debe centrarse en la verdad y nada más que en la verdad y ajustar sus argumentos en los valores de vida, que son: La verdad, la justicia, la unidad, la libertad, la paz, la armonía y la vida. Solo de esta manera no se engañara al pueblo y se evitaran las falsas promesas.
Asimismo debe terminar en los partidos políticos los cupos de quien da más. Es decir, que no se escogen a los más capacitados que sobresalen en aptitudes especiales, sino que se escoge al que paga más según el cupo establecido. Un gobierno debe estar dirigido por personas inteligentes y sabios, con el fin de tener una excelente administración en los asuntos del estado, sin perder de vista el sabio consejo: "que ha sido elegido para servir al pueblo y no servirse del pueblo". Además los aspirantes al gobierno deben demostrar en todos sus actos mucha humildad. Lo contrario de humildad es tener una  personalidad soberbia, con actitudes arrogantes y llenos de orgullo que se traducirán en un fracaso seguro en el gobierno, porque mostrar posturas soberbias antes de ser algo, significa que después de ser elegido se creerá un dios, que puede hacer lo que le da la gana.
Finalmente el elector exige y espera debates alturados, primero entre los equipos técnicos en asuntos de política económica, de política educativa, de política de salud, de política ambiental, de política social, etc. y luego entre ambos candidatos presidenciales con espacios de tiempo razonables, que permitirían al ciudadano saber si son coherentes entre sus ofertas y las aspiraciones del pueblo peruano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

mostrar siempre