La vida está llena de momentos gratos pero también de tiempos
difíciles. Un día todo puede estar color de rosa pero un accidente, una
enfermedad, una crisis familiar, un acto de violencia o una mala noticia pueden
convertir la alegría en momentos de dolor y angustia. Nadie sabe con certeza
cuándo va hacer el mejor o peor día de su vida.
Los seguidores de Cristo no están exentos de las tormentas de
la vida. En Juan 16:33, Jesús le dice a sus seguidores “en el mundo tendréis
aflicción”. Las crisis son parte de la vida cristiana. Como una persona
reacciona en medio de los problemas dice mucho sobre su relación con Dios. No
ha notado que hay personas que están involucradas en la iglesia pero que en
medio de las dificultades se alejan de Dios. Mientras que hay otros que en
medio de las tormentas más fuertes, en lugar de desfallecer, crecer en su
relación con Dios.
¿Qué marca la diferencia entre la persona que crecer durante
las crisis y otros que terminan en ruina? Jesús nos da la respuesta al
hablarnos acerca de dos casas construidas sobre diferentes cimientos en Lucas
6:47-49. Una casa está fundada sobre la roca mientras que otra está fundada
sobre la arena. Las tormentas, de igual manera, abaten tanto a la casa sobre la
roca como la que está sobre la arena pero solo la casa sobre la roca permanece.
Cada casa representa el corazón de una persona. En el caso de
la persona que funda su casa sobre la arena, es un individuo que le gusta estar
cerca a Jesús para oír de sus enseñanzas pero vive la vida a su manera. La persona
que tiene como fundación la roca, es la persona que escucha la Palabra de Dios
y la aplica a su diario vivir. Vive como Dios ordena y no conforme a sus
propios deseos.
El solamente oír la Biblia es arena al corazón pero el
practicarla convierte la arena en una roca inconmovible. A diferencia a las
costumbres o modas del momento, la Biblia da parámetros y verdades Bíblicas que
nunca cambian y guían hacia lo eterno. Adicionalmente el que vive la Biblia
abre su corazón para que sea la morado de Dios (Juan 14:23). Aunque la
tempestad sea intensa, la persona vive confiada sabiendo que no está sola,
tiene quien la guíe y consuele.
Dios no quiere que su vida sea un castillo de arena que el
mar y el viento destruyan. La Palabra de Dios es ese fundamento que tú
necesitas para vencer las dificultades de la vida. Pon en práctica la Biblia
para que Cristo more en tu corazón y obtengas la victoria sobre la adversidad.
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