Eternamente agradecido por las muestras oportunas de
amor y solidaridad que le brindaron a mí pueblo Chaviña para mitigar el dolor
de su desgracia. Gracias, mil gracias al Concejo Municipal de Parinacochas, al
Concejo distrital de Sancos, a la Asociación Nacional de Periodistas de
Parinacochas que organizaron un radio ton y a cada una de las personas
que colaboraron con esta actividad, a Rofilio Neira Huamaní, a Néstor Martínez
Carrasco, a las Instituciones sociales de Lima, programas radiales; es decir, a
todos y cada uno de los que le extendieron su mano solidaria y de amor a
Chaviña.
La solidaridad o caridad social expresa la idea de
unidad, cohesión, colaboración. Se encuentra muy ligada al amor. El amor no puede
entenderse, porque no es un concepto; el amor no puede describirse porque no
tiene forma, el amor simplemente es eso ¡amor! y vive en cada uno como un
diminuto grano de arena que brilla entre la oscuridad de nuestro corazón. Si
logramos descubrirlo, todo a su alrededor tomará nueva vida, y ayudará a descubrir
que el mundo es más bello de lo que nunca soñamos.
La solidaridad es
la capacidad de comprender los problemas de los otros, acercarnos a los otros,
sentir con los otros, construir con los otros. El otro es la trascendencia del
hombre, aquel que le ayuda a salir de su egoísmo, a abrir su corazón, a amar y
servir. Sin el otro, el hombre no puede realizarse a sí mismo. “El hombre sin el hombre no es un hombre”.
La solidaridad, antes que una virtud, es una realidad, porque navegamos juntos,
nos hundimos juntos y nos salvamos juntos. Debemos formar eslabones, pero no
sólo para estar juntos, sino para construir algo juntos. El valor profundo de
un hombre se mide, entre otras cosas, por su capacidad de tender puentes y
acoger a los otros, más allá de circunscripciones territoriales. Es que la
solidaridad es el plan de los pobres en economía y ricos en nobles
sentimientos. La esencia de la comunidad consiste en estar personalmente el uno
“en” el otro y “para” el otro. La comunidad es una fórmula “para potenciar a la
persona”. Antes que la tarea está la comunidad, y antes que la comunidad está
la persona.
Ustedes que han
salido al encuentro de mis hermanos en el momento más difícil de sus vidas -nunca
antes el río hizo tanto daño como ahora- se convierten en paradigmas de amor y
solidaridad y necesitamos más personas de su calidad. Más personas que hagan
algo por mejorar las cosas. Menos que las desaprueben. Más personas que actúen;
menos que hablen. Más personas que digan: ¡puede hacerse!; menos que digan ¡No
pueden hacerse! Más personas que inspiren confianza a los demás; menos que
arrojen un chorro de agua fría sobre los que han dado aunque sea un solo paso
en la dirección correcta. Más personas que se interesen en las cosas y hagan
algo para mejorarlas; menos que se sienten a un lado sin hacer más que
encontrar los defectos.
Nuevamente
gracias, mil gracias a todos y cada uno de los que ayudaron a mitigar el
dolor de mis hermanos de Chaviña en momentos de su desgracia. Que la Santísima
Virgen del Carmen y San Antonio de Padua, junto a la Virgen de la Candelaria y
San Francisco de Asís colme de abundantes bendiciones su vida y de los
integrantes de sus dignos hogares.
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