sábado, 11 de octubre de 2014

AYACUCHO: LA GENTE TIENE EL GOBERNANTE QUE SE LE PARECE

En la reciente elección del gobierno regional de Ayacucho, al 97.40% de actas contabilizadas, de un total 389,985 electores hábiles sufragaron 320,381 con el siguiente resultado: 269,988 (84.27%) votos válidos, 30,682  (9.58%) votos en blanco y 19,711 (6.15%) votos nulos. Del total de electores hábiles, votaron por el candidato Wilfredo Oscorima 85,407 que hace el 31.63% de votos validos y el 26.66% de votos emitidos. Por el candidato Edwin Donaire votaron 74,839 ciudadanos, que hace el 27.72% de votos validos y el 23.36% de votos emitidos.
A la luz del resultado señalado, conviene hacerse la siguiente pregunta: ¿Por qué una mayoría relativa del electorado ayacuchano prefirió votar por Wilfredo Oscorima y no por Edwin Donaire? Pero ¿Quién es Edwin Donaire y quién es Wilfredo Oscorima? De acuerdo a su hoja de vida Edwin Donaire, es ingeniero de profesión, sobre saliente oficial del ejército peruano, Ex comandante General del Ejército, de carácter jovial, alegre, bromista, con una familia constituida y sin antecedentes judiciales. En cambio Wilfredo Oscorima no tiene ni siquiera educación secundaria completa, ligado a negocios turbios, soberbio, déspota con muchos hijos en distintas damas, con antecedentes penales y gran cantidad de denuncias por corrupción en el cargo que postula y que se viene ventilando en el Poder Judicial. ¿Los 85,407 electores que rechazaron a Edwin Donaire para Presidente regional y prefirieron a Wilfredo Oscorima, conocían por lo menos la hoja de vida de ambos candidatos? De ser así ¿Cómo asimilar su nefasta decisión?  Simplemente queda demostrado que “la gente tiene el gobernante que se le parecen”. Es más, las autoridades son el fiel reflejo socio-cultural de un pueblo, por tanto, cada pueblo tiene las autoridades que se merece. Si un pueblo tiene valores  va exigir que su autoridad tenga los valores  básicos y suficientes para gobernarles. Si un pueblo está enfermo, mal herido y hambriento poco o nada le importará la calidad o perfil de su autoridad que lo representa.
La corrupción se enquista  e institucionaliza en los diversos estamentos del estado (nacional, regional y local). Los presidentes y consejeros regionales, los alcaldes, los gobernadores y los dirigentes de las organizaciones sociales  públicas o privadas de nuestro pueblo son el fiel reflejo del pueblo. Si el pueblo permite que amasen fortuna  ilícita, que promuevan una cultura del silencio,  arrogancia,  y nadie levanta su voz es porque el pueblo duerme, mientras el pueblo se  hunde en la miseria, la mentira y las  injusticias. Si su Presidente Regional o alcalde es honrado, trabajador, gestor, innovador,  creativo y que resuelve la problemática de forma pragmática  definitivamente que es el resultado de un pueblo pujante que hunde sus aspiraciones a la trascendencia, donde todo lo que atente contra los valores  estructurales de la sociedad, es intolerable y condenable. En suma: Los pueblos son, lo que sus hijos quieren que sea. Lamentable, muy lamentable lo que ocurre en Ayacucho.

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