En la reciente elección del gobierno regional de Ayacucho, al
97.40% de actas contabilizadas, de un total 389,985 electores hábiles sufragaron
320,381 con el siguiente resultado: 269,988 (84.27%) votos válidos, 30,682 (9.58%) votos en blanco y 19,711 (6.15%)
votos nulos. Del total de electores hábiles, votaron por el candidato Wilfredo Oscorima 85,407 que hace el
31.63% de votos validos y el 26.66% de votos emitidos. Por el candidato Edwin Donaire votaron 74,839 ciudadanos,
que hace el 27.72% de votos validos y el 23.36% de votos emitidos.
A la luz del resultado señalado, conviene hacerse la
siguiente pregunta: ¿Por qué una mayoría relativa del electorado ayacuchano
prefirió votar por Wilfredo Oscorima y no por Edwin Donaire? Pero ¿Quién es
Edwin Donaire y quién es Wilfredo Oscorima? De acuerdo a su hoja de vida Edwin
Donaire, es ingeniero de profesión, sobre saliente oficial del ejército
peruano, Ex comandante General del Ejército, de carácter jovial, alegre,
bromista, con una familia constituida y sin antecedentes judiciales. En cambio Wilfredo
Oscorima no tiene ni siquiera educación secundaria completa, ligado a negocios
turbios, soberbio, déspota con muchos hijos en distintas damas, con
antecedentes penales y gran cantidad de denuncias por corrupción en el cargo
que postula y que se viene ventilando en el Poder Judicial. ¿Los 85,407
electores que rechazaron a Edwin Donaire para Presidente regional y prefirieron
a Wilfredo Oscorima, conocían por lo menos la hoja de vida de ambos candidatos?
De ser así ¿Cómo asimilar su nefasta decisión? Simplemente queda demostrado que “la gente tiene el gobernante que se le
parecen”. Es más, las autoridades son el fiel reflejo socio-cultural de un
pueblo, por tanto, cada pueblo tiene las autoridades que se merece. Si un
pueblo tiene valores va exigir que su autoridad tenga los valores básicos y suficientes para gobernarles. Si un
pueblo está enfermo, mal herido y hambriento poco o nada le importará la calidad
o perfil de su autoridad que lo representa.
La corrupción se enquista e institucionaliza en los
diversos estamentos del estado (nacional, regional y local). Los presidentes y
consejeros regionales, los alcaldes, los gobernadores y los dirigentes de las
organizaciones sociales públicas o privadas de nuestro pueblo son el fiel
reflejo del pueblo. Si el pueblo permite que amasen fortuna ilícita, que
promuevan una cultura del silencio, arrogancia, y nadie levanta su
voz es porque el pueblo duerme, mientras el pueblo se hunde en la
miseria, la mentira y las injusticias. Si su Presidente Regional o
alcalde es honrado, trabajador, gestor, innovador, creativo y que
resuelve la problemática de forma pragmática definitivamente que es el
resultado de un pueblo pujante que hunde sus aspiraciones a la trascendencia,
donde todo lo que atente contra los valores estructurales de la sociedad,
es intolerable y condenable. En suma: Los
pueblos son, lo que sus hijos quieren que sea. Lamentable, muy lamentable lo que ocurre en Ayacucho.
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