Hace 2,013 años recibimos el regalo más preciado que Dios
legó a la Humanidad, ¡El Nacimiento de
su Hijo Jesucristo! Por eso tenemos que estar alegres en unión de la
familia y los amigos, pero reflexionando en nuestros aciertos y desaciertos. No
debemos limitarnos solo a una alegría superficial de felicitación, visitas,
regalos, champagne, chocolate o panetón. Tomemos conciencia que Navidad no
significa derrochar dinero a costa de sacrificios sobrehumanos. Jesús Cristo
vino al mundo y nació en una pobre gruta y rodeado de animales, es decir, en
total ausencia de riqueza material, pero con infinita riqueza espiritual. Jesús significa “El que salva de los
pecados”. Como discípulos de Jesús, hagamos que la Navidad nos sirva para
encarnarse como Él en la entrega al hermano, especialmente a los más pobres o a
los que más lo necesitan. Celebrar Navidad en Cristiano, es compartir en comunión
solidaria con todos los hombres a quiénes Dios ama. Es salir de nuestra ruindad
de intereses personales o de nuestro egocentrismo, para encontrar al hermano,
porque Cristo se encarna en el él y nace en cada Navidad, cada día en millones
de pobres. La Navidad significa que Dios
se hace Hombre, no que los hombres se hagan Dioses. Simplifica tus
celebraciones. Lo más grande no siempre es lo mejor. Lo caro no siempre vale
más. Recuerda: En la noche de Navidad resonó el primer villancico que dice: Gloria a Dios en el cielo y paz a los
hombres en la tierra. Ese es el programa que vino a realizar Jesús y que la
humanidad debe plasmar en esta síntesis: Amar
a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo.
A pocas horas de recordar la venida de nuestro Salvador
Jesucristo debemos y tenemos que estar alegres y felices. Para ser feliz, no
importa lo que el mundo te ofrezca, sino lo que tú puedes ofrecer, porque todo
lo que se da, regresa y ante los ojos del Señor sólo valen las buenas obras. Al
final no te llevarás lo que has guardado, solo se irá contigo lo que has hecho
a favor de los demás, es decir lo que has dado. No te compares con nadie, solo
mídete contigo mismo, es la única manera segura de avanzar. Ningún ser es
infalible. Acepta tus errores, los ajenos no justifican los tuyos. Ofrece tus
disculpas y corrígete. La humildad es una virtud maravillosa casi inalcanzable,
pero no imposible. Nunca te quejes: La vida no es fácil. Camino sin piedra no
es camino. Son los obstáculos que le dan sentido a la vida; nada es gratis,
todo debes ganártelo, pero con amor y respeto. Ser útil es mejor que ser
importante. Sé tolerante. Jamás agredas. No olvides que el poder es
circunstancial y que la riqueza es ajena; que a fin de cuentas, solo es tuyo lo
que consumes, que por más dinero que tengas no serás mejor, ni sabrás más que
cualquier pobre.
Mi ferviente deseo de una Feliz Navidad, y les digo: Si en tu corazón hay un poco más de
amor, es navidad. Si sabes perdonar al que te ofende, es navidad. Si buscas a
Dios de verdad, es navidad. Si trabajas por la unión y la justicia entre los
hombres, es navidad. Si sabes sufrir con amor, es navidad. Si das la mano al
caído, es navidad. Navidad es, en fin, secar una lágrima, obsequiar una
sonrisa, calmar un dolor, suavizar una pena, ir por la vida sembrando flores
sin espinas, en una palabra: Navidad es
amor, siempre amor y Dios es amor. Un cordial y emocionado abrazo.
Felicidades…
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