jueves, 25 de julio de 2013

CONGRESO…más repartija

Es lamentable y muy preocupante que los grupos políticos asentados en el congreso sigan tercamente privilegiando el interés grupal en agravio del interés nacional. Cuando un legislador expresa: “Han habido mil y una movidas, que me llevan a pensar que el sistema de repartijas no para, sigue vigente en el Congreso” ¿Qué nos trasmite desde el interior de este poder del estado? No solo eso es preocupante, sino que el partido político Gana Perú, lanza la candidatura a la presidencia del Congreso, de quién tiene por costumbre despotricar con sarcasmo y sin misericordia a sus ocasionales adversarios políticos generando en los plenos congresales, desconfianza, fricciones, y enfrentamientos innecesarios que colisionan con la unidad de criterios que debe reinar en favor del interés común. Kant se revolcaría en su Tumba si supiera que de la Crítica pasan a Criticones. A veces una crítica perjudica más que una guerra.
El Congreso es un foro político donde debe primar las razones por encima de las pasiones y conveniencias partidarias. En última instancia debe primar la razón de mayor peso en función del bienestar común. Pero cuando se carece de argumentos para exponer ideas, se opta por ser un criticón, como públicamente viene demostrando el que sería “nuevo” Presidente del Congreso. Así, ¿Qué pasará en el Congreso? ¿Quién será el perjudicado? Eso es ir de ¿Guatemala a Guatepeor? Pero ¿por qué?
En este laberinto peligroso al lado de Gana Perú sigue Perú Posible, cuyo líder y fundador enredado en su telaraña de mentiras insostenibles que pintan cuerpo entero su calidad ética y moral, se dio el lujo de vetar la candidatura del Presidente saliente del Congreso, ocasionando un futuro sombrío en el primer poder del estado, felizmente a excepción de cinco congresistas que renunciaron a Perú Posible demostrando dignidad y solvencia con su razón de ser.
La juventud, reserva moral del país ha salido a las calles a participar en una movilización por el centro de Lima expresando su rechazo a la repartija. Los políticos deberían solidarizarse con ellos, en vez de seguir desafiando al pueblo con más repartijas, ahora en cargos claves del Congreso y posteriormente en las comisiones dictaminadoras. Es de dominio público que hay congresistas buenos, regulares y pésimos; honestos y deshonestos. Todos se deben al pueblo. Pero no todos trabajan por generar mejores condiciones de vida para la población. Por la paz y eficiencia social los cargos claves del congreso deberían recaer en los parlamentarios buenos, honestos y por consiguiente no habría la necesidad de hablar de repartijas, tampoco de protestas sociales. Pero ¿quién hace entender a arribistas, aventureros y pillos? He ahí el problema.    

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