jueves, 27 de octubre de 2011

UNA PREGUNTA AL DALAI LAMA

¿Qué le sorprende más de la humanidad? Y el respondió: 
Los hombres, porque pierden la salud para ganar dinero. Después pierden el dinero para recuperar la salud. Y por pensar ansiosa mente en el futuro no disfrutan el presente, por lo que no viven ni el presente ni el futuro. Y viven como si no tuviesen que morir nunca…Y mueren como si nunca hubieran vivido.
Amigo lector: Mentaliza la respuesta de Dalai Lama y jamás caigas en la tentación de monetarisar tus ideales. El dinero es un simple complemento de la vida humana, lo esencial es valer por lo que se es y no por lo que se tiene. Recuerda y reflexiona con serenidad en lo que dice un huayno: "Pues cuanto tienes, pues tanto vales; si nada tienes no vales nada. Así es el mundo en que vivimos, un valle inmenso de falsedades y vanidades..." 
Si pierdes la salud por ganar dinero, sin duda te encuentras en ese valle inmenso de falsedades y vanidades y morirías como si nunca hubieras vivido. Entonces ¿para qué llegaste a esta vida? ¿Qué ejemplo y mensaje dejarías a tu descendencia? ¿La degradación humana? Piensa, medita y reflexiona. Di: DIOS MIO… Ayúdame a decir la palabra de verdad en la cara de los fuertes, y a no mentir para congraciarme el aplauso de los débiles.
Si me das dinero, no tomes mi felicidad. Si me das fuerzas, no quites mi raciocinio. Si me das éxito no me quites la humildad. Si me das humildad, no me quites mi dignidad.
Ayúdame a conocer la otra cara de la imagen, y no me dejes acusar a mis adversarios, tachándoles de traidores porque no comparten mi criterio.
Enséñame a amar a los demás como me amo a mi mismo, y a juzgarme como lo hago con los demás.
No me dejes embriagar con el éxito cuando lo logre, ni desesperarme si fracaso. Más bien, hazme siempre recordar que el fracaso es la prueba que antecede al éxito.
ENSEÑAME…
Que la tolerancia es el más alto grado de la fuerza, y que el deseo de venganza es la primera manifestación de la debilidad.
Si me despojas de dinero, déjame la esperanza. Y si me despojas del éxito, déjame la fuerza de voluntad para poder vencer el fracaso. Si me despojas del don de la salud, déjame la gracia de la fe.
Si hago daño a la gente, dame la fuerza de la disculpa. Y si la gente me hace daño, dame la fuerza del perdón y la clemencia.
DIOS MIO… Si te olvido ¡No me olvides! Amén.

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