POR PUERTA GRANDE Y DORADA INGRESA DUO MIXTO SIDERAL

Luego de haber contemplado este fin de semana, una magistral presentación del “Dúo Mixto Sideral” integrado por Wilber Valdiviezo “Pichinquito” y Pilar Tejeda “Waytita del Edén”, tengo la impresión que ingresan por la puerta grande y dorada al difícil campo de la cultura artística musical andina del país. Ha decir de William Shakespeare la música es el alimento espiritual de los que viven de amor. No solo eso. Si agregamos que el arte es una flor nacida en el cambio de nuestra vida, que crece para endulzarla; encontramos en este dúo, su claro representante. Es que Wilber y Pilar enlazan férreamente las fibras más sensibles de su sentimiento humano, en cada canción que entonan y trasmiten un mensaje inequívoco, de que cuando se aman y se quiere todo se puede.

Es evidente que el mundo musical andino en el país, es cada vez más competitivo y canibalista por el afán meramente comercial de algunos intérpretes, resultando perjudicial para el surgimiento de nuevos y buenos intérpretes que en vez de conformar promociones, muchas veces de desalientan y se marchitan. Los últimos años por ejemplo no han surgido dúos mixtos del folclor ¿Por qué?  ¿Qué opina usted amigo lector? Es cierto que siguen vigentes viejas glorias, muy queridas y admiradas que nunca pasarán de “moda”, pero ellos conforman una generación, claro está, muy respetable y trascendente. ¿Y las nuevas generaciones? ¿Quiénes son? El Dúo Mixto Sideral es uno de ellos y el más representativo. Pero los demás ¿Dónde están?

En verdad, si no fuera por la música, habría más razones para volverse loco, a pesar de que el arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos. Pero así, la música es el eco del mundo invisible, la voluptuosidad de la imaginación y el verdadero alimento del alma que sirve para amarse y amar a los demás. La capacidad de amar y de admirar es el punto de partida para medir la grandeza de las personas.

Felicitaciones al dúo mixto Sideral, por la feliz idea de su formación, por sus brillantes interpretaciones, pero también por mantener viva la cantera musical inagotable del Páucar del Sarasara. Un pueblo sin tradición es un pueblo sin porvenir. Concluyo con estas frases: A la cima no se llega superando a los demás, sino superándose a sí mismo. La auténtica riqueza del ser humano es el bien que hace al mundo. Nuestra mayor gloria no está en no caer jamás, sino en levantarnos cada vez que caigamos, y en el viaje diario a través de la vida no existen los caminos llanos; todo son subidas y bajadas. En las bajadas dejen a los envidiosos la tarea de proferir injurias y a los necios la de contestarlas. Sonrían siempre, como suelen hacerlo. Una sonrisa es una luz en la ventana del alma que indica que el corazón está en casa, para amar, ayudar y servir sin condiciones.