Resulta
increíble que la Directiva Comunal de Chaviña, Lucanas, Ayacucho habría cambiado
el contrato notarial por el que la compañía minera APUMAYO SAC que extrae oro
de sus tierras, CUMPLA con su obligación
legal de CONSTRUIR LA REPRESA DE PUCARAPAMPA (para almacenar agua de
lluvias y ampliar la frontera agrícola del distrito), y también CUMPLA con, ELABORAR EL EXPEDIENTE TÉCNICO
DEL CANAL NUEVA OLLINTA DESDE LA BOCATOMA HASTA ANTACCA (tierras reivindicadas);
por dos maquinarias (fierro): Una “retroexcavadora”
y un VOLQUETE DE PLACA APJ831 de propiedad del “CENTRO DE DESARROLLO COMUNAL ALTO ANDINO”
(portal Sunarp Vehicular). El volquete llegó a Chaviña, (noche del 11 al
12-01-2017) según fuentes fidedignas, con la manguera de aire de freno ROTO. Para
parquearlo tuvieron que amarrar dicha manguera con jefe.
Para
el 15-01-2017 han convocado a los comuneros a una asamblea general, probablemente,
entre otros, con la finalidad que ANABI o APUMAYO SAC, formalice la entrega de
estas dos maquinarias (fierros) a la Comunidad Campesina de Chaviña. Espero que
el Sr. AMANCIO CUYA ANTAYHUA Presidente de la Directiva Comunal, 2017-2018,
esté a la altura de las circunstancias y no se preste a consumar el “grave daño
a la dignidad de los chaviñejos”. La solución pasa por una simple demanda de
cumplimiento de obligaciones asumidas mediante escritura pública.
Además
Apumayo SAC tendría que responder por daños y perjuicios ocasionado a bienes
públicos y propiedades privadas el 10 de marzo de 2015 y por el vertimiento de
aguas residuales industriales tratadas procedentes de la planta de beneficio
Apumayo, a través de las quebradas Quelloccasa, Auquiato y Parapacancha que son
tributarias del río Sanccarara. ¿Qué calidad de agua discurre por la campiña de
Chaviña, Coracora, Chumpi, etc.?
Finalmente elevo
votos a Dios Todopoderoso, a Nuestros Patrones: Santísima Virgen del Carmen y
San Antonio de Padua para que ilumine la mente de los que viven en Chaviña y
les quite la venda de los ojos para que identifiquen cuántos “maquisapas” sacan
ventaja personal a costa de la vida de las generaciones que nos siguen. Dios
está presente en cada segmento de nuestra vida, instándonos a aprender de las experiencias y los logros para
que nuestros jardines alcancen el máximo de su potencial.
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