Hoy vengo a darte las gracias de parte de todas aquellas
personas a las que has servido, día a día o de vez en cuando.
Si eres padre de
familia: gracias por
esas horas de trabajo, por esforzarte cada día, por los minutos dedicados a tus
hijos, por jugar con ellos, por dedicarles tiempo, por enseñarles de Dios, por
darles valores… has ayudado a cambiar una nación.
Si eres madre de
familia: gracias por
cada comida preparada, por cada prenda lavada, por cada caricia y cuidado, por
hacer que 24 horas del día alcancen para trabajar fuera y dentro de casa
organizando todo, por tu esfuerzo en mantener un hogar en armonía y calidez
para los tuyos, por el amor, por tu fe compartida… has ayudado a hacer
generaciones fuertes!
Si eres hijo: gracias por estudiar, por compartir
tus conocimientos con tus hermanos y con tus amigos, por cada regla que has
respetado, por cada enseñanza que das a tus padres con tu inocencia, con tu
bondad, con tus reflexiones de
la vida, por perdonar los fallos de los que te educan sabiendo que no son
perfectos… te estás convirtiendo en un ciudadano que vale la pena!
Si eres un servidor
público: gracias por
cada duda que has resuelto, por la amabilidad que dispensas a cada persona que
atiendes, por hacer tu trabajo con respeto e integridad… fortaleces la
confianza de quienes te rodean!!
Si trabajas como
obrero, como
empleado en cualquier sitio: gracias por tu puntualidad, por hacer las cosas
con excelencia, por convivir con tus compañeros sanamente y por los minutos que
has dedicado para escucharlos, para animarlos, para compartir las experiencias
laborales y aun familiares… te has convertido en una parte importante de la
humanidad que brilla!
Si eres médico,
creativo… o
cualquier tipo de profesionista: gracias por poner tu corazón en lo que haces a
favor de otros, por las horas, los desvelos, las angustias, las horas que has
estado lejos de los tuyos dándote a otros … has colaborado en engrandecer a la
humanidad!
Si eres amigo: gracias por el tiempo compartido,
por estar cuando se te necesitaba ya de lejos o de cerca; por los mensajes de
aliento que has enviado y aún por los chistes que contaste para alegrar a
otros, por tu calidez, , por tus oraciones … has hecho que permanezca la
esperanza en un mundo mejor!
Si has dado comida,
ropa, sonrisas, abrigo, cualquier cosa que alguien necesitaba… ¡gracias, muchas gracias porque
te has convertido en los brazos, los pies, los ojos, la sonrisa y el corazón de
Dios!! Quizá nadie te ha visto, quizá crees que nadie lo ha valorado
pero no es así: Dios lo ha visto y Él no es injusto para olvidar lo que has
hecho y sigues haciendo cada día y nada queda sin recompensa!
Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el
trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los
santos y sirviéndoles aún. Hebreos 6:10 (Rosa Amelia Díaz.)
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