Eres
divinamente humana,
porque
multiplicas la vida.
Humanamente
divina,
porque
sublimas la vida.
De
la hiel de la lucha
haces
miel para el alimento.
De
las espinas
de
la penosa tarea
haces
rosas para la cuna.
Madre,
eres:
Sol,
que calienta el despertar
Fe,
que anima la jornada;
Paz,
que mece el reposo.
MADRE,
vida
donada a la vida,
que
trasmites el bien,
reprimiendo
la maldad
que
el hijo solamente
encuentra
cuando se libera
para
caer en la esclavitud
del
mundo
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