domingo, 3 de julio de 2011

LA AUTOESTIMA

El ser humano necesita sentirse apreciado, respetado y valorado tal como es. Pero esta necesidad de aprecio y aceptación tiene que partir de nosotros mismos, si sabemos  querernos lo suficiente. El valor que se otorga cada persona a la imagen que tiene de sí mismo, se llama autoestima, sentimiento de autovaloración que se forma en la niñez, durante los primeros años, y es específicamente la familia la encargada de formarla.
Muchos hogares sin darse cuenta de la importancia de esta valoración arrinconan a sus menores hijos contra el muro de la indiferencia o el menosprecio y las comparaciones; niños que después integrarán las filas del desempleo, pues siendo  adultos no serán capaces de enfrentarse a la vida y proyectar una imagen de seguridad y madurez, tan necesario en este mundo competitivo.
No podemos reflejar ante los demás una imagen de seguridad y autosuficiencia que nosotros mismos creemos no tener. Lo primordial es sentirse bien con uno mismo, esta es la vacuna ideal contra la adversidad, el arma principal para vencer los obstáculos que se nos presentan en la vida. La autoestima es nuestra imagen, o sea, cómo nos sentimos con relación a nosotros mismos. Se compone de pensamientos y sentimientos de cómo somos y cómo actuamos. Mientras más positivos seamos, mayor será nuestra autoestima. Mientras más negativos nos mantengamos, menor será nuestra autoestima. En la vida lo primordial es sentirse bien con uno mismo, confiar en los propios atributos y ser flexibles ante situaciones conflictivas. Esta es una verdad simple y auténtica.
Para aumentar nuestra autoestima debemos ante todo empezar por ser nuestros mejores amigos, saber que no hay nada ni nadie en este mundo más importante que nosotros mismos. Por eso hemos de aceptarnos tal y como somos, pensando que no existe nadie mejor ni peor, aunque todos seamos diferentes, pues en eso se basa la diversidad humana.  

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