sábado, 17 de enero de 2015

ESTAS DESTINADO A VOLAR

Un campesino en una ocasión cazó un águila en el bosque, la trajo a casa, y la crió entre sus patos y pavos. Cinco años después, un naturalista vino a visitarlo y vio al ave.  Le dijo:
-¡Esa es un águila, no un pollo!
-¡Sí -contestó el campesino-, pero ya la he criado para que sea pollo.
– Aun así -expresó el naturalista-, tiene alas que abarcan un espacio de quince pies. ¡Es un águila!
-Nunca va a volar -afirmó el campesino.
El naturalista no estuvo de acuerdo y decidieron poner su diferencia a prueba.
Primero, el naturalista tomó el águila y le dijo:
-Águila, tú eres un águila; perteneces al cielo y no a la tierra; estira tus alas y vuela.
El águila vio a los pollos y saltó al suelo. Al día siguiente, el naturalista llevó el águila a la cima de la casa y le dijo lo mismo antes de soltarla. De nuevo, divisó a los pollos abajo y revoloteó para unirse a ellos y comer.
– Otro intento -dijo el naturalista.
Llevó el águila a una montaña. El ave temblorosa miró alrededor y luego el naturalista le hizo mirar al sol. De momento, el águila abrió sus alas, dio un poderoso chirrido y salió volando para nunca regresar.
Puede que otros digan que eres un trozo de carne, un pollo en vez de águila. Pero en lo profundo, tienes un espíritu creado a la imagen de Dios, y estás destinado a volar.
Algo Más: Cuando enfrentamos desafíos que están más allá de nuestra capacidad, entramos en el reino de la fe y la esperanza. Cuando visualizamos nuevos horizontes en nuestra vida es cuando verdaderamente hallamos aquello que nuestro Creador nos ha encomendado hacer. No tema desear algo más de la vida.

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