El retorno luego de 9 años del Presbítero RP Marcelino Yangali a la Parroquia Virgen de las Nieves como Párroco de Coracora, Chumpi,
Chaviña, entre otros; hizo posible la SOLEMNIDAD
DE VIRGEN POCCORINA 2012, que es una vez al año y para un año. Las celebraciones
eucarísticas muy bien preparadas y vividas, llenas de piedad y respeto,
además de un profundo sentido de celebración litúrgica. Se inició el miércoles 17
con el Triduo preparatorio que hizo posible recibir el domingo 21 de Octubre Día
Central de la Patrona de Aycará, Santísima Virgen Poccorina en condiciones
inmejorables. Es que el RP. Marcelino Yangali asumió de principio a fin la Solemnidad
de Virgen Poccorina y puso en uso la Sagrario ubicada en el Altar Mausoleo de
Virgen Poccorina. Presidió y celebró todos los oficios religiosos: Triduo
preparatorio, Misa del Capaz de Negritos, Misa del Capitán de Chamiza, Misa de víspera,
la solemne Misa del Día Central, presidió la Procesión y finalmente celebró la
Misa del Capitán de Plaza, con escrupulosa puntualidad, devoción y homilías
intensamente reflexivas, demostrando que el sacerdocio no es simplemente una
ocupación entre otras muchas, sino, una forma de vida a través de la cual Dios
invita a un hombre a entrar en una relación más profunda con Él, tanto como
para que guie a su pueblo Cristiano. Solo así encontraremos en nuestra Madre
Santísima Virgen Poccorina la guía segura que nos introduzca en la vida del
Señor Jesús, ayudándonos a conformarnos con Él y poder decir como el Apóstol
“vivo yo más no yo, es Cristo quien vive en mí”.
Elevo votos a Dios, para que ilumine y ayude a su Ministro RP
Marcelino Yangali con la finalidad, de que en el Templo de Aycará, así como de otros lugares donde casi todo el año permanecen cerrados, se hagan celebraciones litúrgicas
mensuales y se designen Ecónomos que mantengan limpio el templo y en orden los
bienes y enseres evitando extravíos o pérdidas. Estoy casi seguro, que el
sacerdocio del RP Marcelino Yangali es
un don para servir como Cristo, por Él, con Él y en Él; un "don"
inmenso que pide humildad, caridad universal y servicio infatigable y generoso.
Del otro lado, estamos las familias Cristianas para hacer posible ese don de
servir, de acuerdo a nuestras modestas posibilidades y listos para compartir,
lo que nos hace falta, y no, lo que nos sobra.