La corrupción en tan o
más dañina que el terrorismo y el narco tráfico, porque malogra irreversiblemente
la conciencia y la conducta de la niñez y la juventud, principalmente. Entre
otros, ellos cada vez, se convencen de que el poder que otorga la democracia,
es un medio que sirva para convertirse en millonario fácilmente, con rapidez, y
prerrogativas que otorga la inmunidad.
La plaga de la
corrupción trastoca las fibras más sensibles de la sociedad, la deshumaniza y
golpea drásticamente a los desposeídos y marginados históricos de la patria
(pobres extremos). Pareciera que ningún gobierno tiene la capacidad de frenarla
y sigue imbatible como el “kikuyo”, que ha convertido los terrenos de cultivo
en inservibles, generando el alarmante incremento de la extrema pobreza. El terrorismo
justifica su accionar en la corrupción y el narcotráfico la usa como su
vehículo de expansión. Esta maldita trilogía, terrorismo- narco tráfico-corrupción,
nos amenaza de muerte, ¿Qué hacer?
En un año y poco menos
de un mes, los actos de corrupción le revientan en la cara al gobierno de
Ollanta Humala. Primero fue el viaje de Alexis Humala y su séquito a Rusia
cuando el Presidente electo no había asumido el poder; luego el escándalo de la
reunión del entonces todavía Vicepresidente Omar Chehade con generales para
interceder por una empresa; y en los últimos días las denuncias del negociado
en la compra de naves aéreas de Corea del Sur, las irregulares afiliaciones al
Programa Pensión 65 y un nuevo escándalo de Alexis Humala cuya empresa ha
contratado irregularmente con el Estado violando la ley. ¿Por qué se siguen
sumando los hechos de corrupción en el gobierno de Gana Perú? Porque no se sanciona
a los responsables oportunamente y en forma ejemplar. El oficialismo viene dando
muestras claras de impunidad. El ex Vicepresidente Chehade, fue blindado por la
bancada oficialista del Congreso y librado de ser investigado a cambio de su
renuncia, y del mismo Alexis Humala, cuya aventura rusa quedó en la impunidad
junto a la buena suerte de sus socios, uno de los cuales ha sido premiado con
la Presidencia de la Comisión de Presupuesto del Congreso. El gobierno necesita
adoptar acciones más contundentes para combatir la plaga de la corrupción, más
allá de las palabras, a través de una voluntad política clara en este campo,
tanto como, para que trascienda esa voluntad política, a los gobiernos
regionales, provinciales y distritales, que a la fecha parecieran ser “tierra
de nadie”.
Entiendo que terminar
con la corrupción no ha sido ni será una tarea fácil, por ser responsabilidad
de todos, de los gobernantes, de los medios de comunicación, de las escuelas y
especialmente de los padres de familia ya que ellos son los principales
educadores, que con su vida y sus ejemplos forman a sus hijos, para ser
personas honestas capaces de utilizar sus valores, sus principios cuando la
situación lo amerite y así luchar por un mundo más justo, más humano y lo más
importante sin corrupción. Los niños necesitan del ejemplo de sus padres, de
los vecinos, las autoridades y de la sociedad en su conjunto, para aprender y
darse cuenta de que a pesar de este mal que aqueja hoy al Perú, se puede vivir
en él, de una manera justa, honesta y leal. No olvides, que si queremos vivir en un mundo mejor y sin corrupción el
cambio empieza por casa.